SIVEPA advierte que la transmisión de covid-19 se podría descontrolar en las personas de riesgo a principios de noviembre debido a los contagios en los escolares

  • El Sindicato Veterinario ha solicitado al Principado realizar PCR a todos los alumnos y enviar a los inspectores de sanidad para ayudar a los docentes a aplicar correctamente los protocolos de prevención en cada centro.

 

El Sindicato Veterinario Profesional de Asturias ha registrado este viernes día 11 de septiembre un documento dirigido al Consejero de Salud y al de Educación, así como al Director General de Salud Pública y al Director de la Agencia de Seguridad Alimentaria, Sanidad Ambiental y Consumo del Principado de Asturias, advirtiendo de la alta probabilidad de una elevación incontrolada de casos COVID-19 entre la población de riesgo a partir de finales de octubre y principios de noviembre.

Esta organización señala que epidemiológicamente estaría totalmente contraindicado agrupar a los menoresescolarizados sin haberles realizado un cribado PCR para detectar los asintomáticos antes de iniciar las clases si lo que se pretende es minimizar la transmisión de la enfermedad. La vigilancia epidemiológica basada sólo en la realización de la prueba a los que presenten síntomas y sus contactos podría disparar la transmisión entre los niños y sus familiares debido al alto porcentaje de asintomáticos o sintomáticos leves entre los menores. Hay que considerar que, a consecuencia de los 14 días de incubación media que presenta la COVID-19, durante las primeras 2 a 3 semanas, con alta probabilidad, se produciría una importante transmisión entre menores, y pasadas otras 2 a 3 semanas, lo esperable es que empezaran a aparecer adultos con sintomatología, entre ellos las personas de riesgo.

Por otra parte, la adaptación de los protocolos generales frente a COVID-19 a centros educativos concretos requiere de formación sanitaria especializada para que sean eficaces y no cometer errores en su aplicación que disminuyan su eficacia o generen riesgos innecesarios y, sin embargo, se ha trasladado esta responsabilidad al personal docente, que carece de forma general de conocimientos suficientes acerca de la transmisión ambiental de virus. Así, cabe esperar probablemente que, en gran número de casos, estos protocolos sean mucho menos eficaces de lo que cabría esperar.

Para minimizar estos problemas, el sindicato veterinario, que agrupa a la mayor parte de los inspectores de sanidad del Principado, ha solicitado como primera medida a las consejerías de Salud y Educación, utilizar todos los mecanismos posibles para aumentar la capacidad de realización de pruebas PCR intentando hacer un cribado inicial de los alumnos para evitar la entrada en un primer momento de asintomáticos y, posteriormente, cribados periódicos cada 2 o 3 semanas para detectar los nuevos asintomáticos y someterlos a cuarentena. Con el fin de aumentar la capacidad de testajeCOVID-19, se insiste nuevamente en activar el Laboratorio de Sanidad Animal, que ya hace labores de Salud Pública en la detección de zoonosis, tiene alta capacidad para la realización de PCR con total garantía, está autorizado por el Instituto de Salud Carlos III, y no se está utilizando para la detección de COVID-19 en la actualidad.

Como segunda medida para minimizar la posibilidad de la transmisión descontrolada de la enfermedad, solicita que la Administración ayude a los centros escolares a adaptar con acierto las medidas sanitarias generales de los protocolos frente a COVID-19 con personal sanitario especializado. La organización recuerda que todos los centros con cocina y comedor ya tienen asignado un Veterinario Oficial de Salud Pública, que es lo que comúnmente conocemos como Inspector de Sanidad, y que son expertos y competentes legalmente en la revisión y corrección de la adaptación de protocolos sanitarios de protección frente a riesgos sanitarios de diversa índole, incluidos los riesgos de transmisión ambiental de zoonosis como el COVID-19 o los riesgos alimentarios de todo tipo. El sindicato propone que se utilice a estos inspectores para ayudar a los responsables de los centros a corregir errores o problemas en la adaptación de los protocolos sanitarios COVID-19 ya que es frecuente que, al adaptar un protocolo general a un lugar concreto por personal no especializado, y que no conoce los detalles de la transmisión ambiental y la epidemiología del virus, se produzcan distorsiones que aumenten innecesariamente el riesgo de contagio. Por otra parte, para los centros educativos que habitualmente no reciben la visita del Veterinario de Salud Pública por no tener cocina, se solicita al Principado que se le asigne igualmente el control al Inspector o Veterinario de Sanidad del Área de Salud al que pertenezca el centro para poder ayudar a los responsables a una adaptación más adecuada y exitosa de los protocolos.

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