Toros SI, médicos NO

Rafael A. Luna Murillo colegiado nº140994

No es la primera ni la segunda ni la última vez que las administraciones públicas dan dinero, recursos o promocionan espectáculos de empresas privadas dedicadas a estos lamentables actos de crueldad con animales. Esto en Andalucía está contemplado bajo el paraguas del Consejo de Asuntos Taurinos en los que todas las partes, incluidas la parlamentaria, dan su razón a favor de una actividad que consideran patrimonio cultural y seña de identidad de todos los andaluces.

Que yo sepa la Tauromaquia no es un Derecho Constitucional como lo es la Sanidad o la Educación. Solo un Bien Cultural que aprobó como tal el Gobierno del M. Rajoy con sus votos. Pero en Andalucía también los que estuvieron casi 40 años manejando el cortijo dieron dispendios y toda clase de prebendas a los amigos taurinos. De hecho, Diputación y Ayuntamiento cordobés compraron una y mil veces entradas para las corridas de la feria de Nuestra Señora de la Salud desde tiempos inmemoriales cargándolo al erario público y dando las entradas a quienes ellos consideraban podrían obtener favores. Se ha hecho así toda la vida, con Franco no era distinto pero la diferencia ahora es que no estamos en una Dictadura, o ¿seguimos en ella?

La ley de transparencia democrática que se quiso impulsar para evitar este tipo de desmanes desde los Consistorios y Diputaciones no ha tenido éxito. Constantemente vienen a darnos bofetadas en nuestra dignidad y en nuestros bolsillos.

Sin embargo, la pandemia que ha querido poner a la Tauromaquia en su sitio de lo que siempre fue, un espectáculo de minorías, con déficits económicos que hacen aguas en todos sitios y de constantes fraudes y subvenciones. Pero tiene la suerte de disponer de la primera vacuna contra el covid-19, las administraciones públicas, que ante el déficit sanitario de medios y personal han decidido que el dinero público se vaya a la fiesta. Permite que en la ciudad entren y se dispersen personas de todos los sitios de España, al menos 5.000 que es el aforo permitido para el Coso de los Califas en esa corrida que van a dar el 12 de octubre. Llenaremos Córdoba de negacionistas de la pandemia que son estos que piden libertad para hacer lo que les venga en gana.

La connivencia del Ayuntamiento con el Círculo Taurino de Córdoba y la Junta de Andalucía se ha basado en dar prebendas en pos de la diseminación del virus entre la población del barrio. Tenemos la tasa de contagios más alta de Andalucía y esperan que tengamos también la de muertos. Como siempre la prevención la hacen “a posteriori” en vez de contratar más veterinarios para rastrear y menos para ver torear.

Rafael A. Luna Murillo, veterinario