Un enfoque vanguardista para el tratamiento de los perros con osteosarcoma

En los últimos años, la inmunoterapia se ha convertido en el cuarto brazo en el tratamiento del cáncer, junto con los tratamientos más tradicionales como la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia. El nuevo ensayo clínico del hospital veterinario UC Davis ofrece un enfoque vanguardista para el tratamiento de los perros con osteosarcoma.

El ensayo, patrocinado por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) y que se realiza en conjunto con la Escuela de Medicina UC Davis, investiga la posibilidad de manipular el sistema inmune del perro para luchar contra su propio cáncer. Después de irradiar el tumor, los veterinarios recolectan un tipo particular de glóbulos blancos del perro, conocidos como células Natural Killer (NK), luego estimulan y cultivan las células en el laboratorio antes de inyectarlas de nuevo en el tumor del perro. Idealmente, la metástasis pulmonar, (que se produce en más del 90% de los casos de osteosarcoma), será ralentizada o detenida por completo por estas células NK. Este ensayo tendrá aplicaciones de amplio alcance tanto en medicina veterinaria como en medicina humana.

Caso clínico

Fred, un perro pastor macho de seis años de edad, fue diagnosticado de un cáncer en su antebrazo izquierdo en abril de 2016. Debido a problemas ortopédicos preexistentes, no fue candidato para el tratamiento habitual de amputación y quimioterapia y se incluyó en este ensayo clínico. El tratamiento de Fred se inició con radiación paliativa para ayudar a controlar la enfermedad local y reducir el dolor, así como para crear una señal al sistema inmune a la que las células NK podrían reaccionar. También comenzó a recibir inyecciones mensuales de zoledronato, un medicamento utilizado para ayudar a prevenir las fracturas en los huesos afectados por el cáncer. Las tres semanas siguientes de radioterapia funcionaron a la perfección. Después de la radioterapia, Fred recibió la primera de las inyecciones de células NK intratumoral sin complicaciones. Durante la cita para su segunda inyección, se descubrieron fracturas tanto en el radio (donde se localizaba el tumor) como en el cúbito. Se colocó una férula temporal y se administró la segunda inyección de células NK según lo previsto. Varios días después, las fracturas se repararon quirúrgicamente. En agosto, mediante una tomografía computarizada se comprobó que no había diseminación tumoral o metástasis. Fred continuó recibiendo inyecciones de zoledronato durante dos meses más y concluyó su participación en el ensayo clínico a finales de octubre.

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