La Fultración de cazadores

Pues sí que estamos a la greña entre los veterinarios gracias a los impulsos que se llevan a través de la fundación que dice ser una ONG cuyo primer objetivo es la gestión y conservación de las especies de fauna y flora a través de la investigación, la comunicación, la defensa jurídica, prestando especial atención al aprovechamiento sostenible de especies cinegéticas para el beneficio de los ecosistemas y el mundo rural. En otras palabras un “chiringuito de cazadores” con nombre de diosa griega, Artemisia, que lo era de los animales salvajes, el terreno virgen, los nacimientos, la virginidad y las doncellas, que traía y aliviaba las enfermedades de las mujeres. En su Patronato no hay una sola mujer y un solo veterinario en el grupo investigador, especialista en perdices y conejos. Biólogos, Agrónomos, Forestales y Medio ambientalistas de su cuerda terminan el grupo de individuos que no representan a todas las personas de sus profesiones. Todos estos con el denominador común de la caza.

La carta de su presidente, un señor que en su árbol genealógico tiene Duques, Condes, Vizcondes y Marqueses (un rico que defiende a los pobres) presenta sus verdaderas intenciones, hacer negocio con la caza en que se irán colocando en puestos de relevancia a los amigos para comunicarles a políticos, legisladores, medios de comunicación, ecologistas no dogmáticos y prescriptores sociales su mensaje de salvadores de lo rural. En la vida, y a las pruebas me remito,  la caza ha conseguido ni fijar población en lo que llaman la España vaciada, ni han conseguido que las zonas rurales aumenten su riqueza sus pobladores, ya que en las grandes cacerías el dinero se va fuera porque está llevado por empresas cinegéticas que solo esquilman los cotos de caza. Recordemos que en España, los cotos de caza  llegan al 87% del territorio, siendo aumentado en un 12% en la última década porque ya no tienen qué cazar. Pronto se meterán en los Parques Nacionales, último reducto de vida salvaje y, entonces lo señores investigadores biólogos, medioambientalistas, forestales tendrán que investigar sobre las ladillas de los que terminan en los puticlubs tras una jornada intensa de caza.

Entre los benefactores de la fundación, es decir, aquellos que ponen el dinero para que estos sigan con el chiringuito, todas las asociaciones de caza habidas y por haber y las asociaciones de rehaleros, galgueros, hasta un club de safaris donde el presidente, quizás, habrá ido a traerse grandes mamíferos carnívoros como trofeos, la defensa ecologista de la que alardean en la fundación ni está ni se la espera.

Se ha reunido esta fundación con algunos científicos, profesionales del sector veterinario, ingenieros de montes e ingenieros agrónomos para mostrar su oposición a la ley de protección, derechos y bienestar de los animales impulsada por el gobierno. Claro que todos de la Fundación. Bueno todos no. Para mí como veterinario me quedo estupefacto cuando aparece en dicha reunión como invitada la vocal de pequeños animales de la organización Colegial Veterinaria Española. Espero que también sean capaces de reunirse con los veterinarios de AVATMA o con los que han dedicado esfuerzos a que la ley sea beneficiosa para los animales y los veterinarios y se deje el sesgo ideológico que huele a un tufo ultra, ya que se apoyan en Vox y en el Partido Popular para llevar sus intereses al Parlamento, siendo un binomio muy peligroso para la Democracia.

Rafael A. Luna Murillo, veterinario colegiado 140994

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