Malestar creciente entre veterinarios y propietarios de mascotas por la nueva normativa
Malestar creciente entre veterinarios y propietarios de mascotas por la nueva normativa
“El Real Decreto 666/2023: Malestar creciente entre veterinarios y propietarios de mascotas por la nueva normativa”
El Real Decreto 666/2023, aprobado recientemente, ha desatado una oleada de malestar entre los profesionales veterinarios y los propietarios de animales. La normativa, que regula la venta de medicamentos veterinarios y refuerza los requisitos de identificación animal, está generando serios inconvenientes en la práctica diaria de los veterinarios y tensiones entre estos profesionales y sus clientes.
La norma prohíbe a las clínicas veterinarias la venta directa de medicamentos, exigiendo que se emitan recetas y que estas sean gestionadas mediante plataformas digitales oficiales. Este proceso no solo incrementa considerablemente la carga administrativa para los veterinarios, sino que también dificulta el acceso inmediato a los tratamientos para los propietarios. A esto se suma que muchas clínicas no han podido adaptarse para ofrecer alternativas, como la creación de farmacias veterinarias independientes, dejando a los clientes en una situación de incertidumbre.
Desde Vetoven, con clínicas en Medina de Rioseco y Benavente, confirman que el impacto de la normativa está siendo especialmente sensible en el caso de los propietarios de gatos, quienes ahora tienen la obligación de identificar a sus mascotas, tal y como establece la Ley de Bienestar Animal de 2023. “El malestar de los clientes es palpable. No entienden por qué deben identificar a sus gatos, y muchas veces trasladan su descontento al veterinario, cuando no somos responsables de que no cumplan con la normativa”, explican desde Vetoven.
Sin embargo, Vetoven ha logrado minimizar parte del impacto de la normativa gracias a la anticipación. Sus clínicas cuentan con una farmacia veterinaria independiente, lo que permite a los propietarios adquirir los medicamentos en el mismo momento y evitar los retrasos derivados del nuevo sistema. “Aunque nos hemos adaptado, el papeleo y la carga administrativa que implica esta normativa son descomunales. Emitir las recetas y subirlas a las plataformas digitales consume tiempo que antes dedicábamos a la atención de los animales”, aseguran. “ Todas estas normativas diseñadas sin los profesionales que estamos a pie de calle genera encarecimiento de los servicios y que muchos animales no sean tratados” recalca.
Por el contrario, la mayoría de las clínicas veterinarias no habían tomado medidas para ajustarse a los requisitos del decreto, lo que agrava el malestar de los clientes al tener que acudir a farmacias externas para adquirir los tratamientos, incrementando la incomodidad en casos de urgencia.
Desde Vetoven subrayan que los veterinarios no son responsables de que los propietarios incumplan esta obligación, aunque muchas veces son ellos quienes reciben las quejas. “La normativa busca proteger el bienestar animal, pero debería haber ido acompañada de campañas de información claras para los propietarios y de medidas que faciliten su implementación, tanto para los profesionales como para los clientes”, concluyen.
El Real Decreto 666/2023 está generando un punto crítico en el sector veterinario, enfrentando a profesionales con desafíos operativos y administrativos, mientras los clientes perciben los cambios como una barrera que afecta directamente la atención de sus animales. En un sector ya tensionado, esta normativa podría abrir un debate necesario sobre la viabilidad de las regulaciones y la urgencia de un enfoque más práctico y colaborativo entre las partes involucradas.
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