A Diego Ventura, torturador de toros

Veo con estupefacción cómo en mi tierra andaluza la empresa pública llamada Canal Sur se presenta con un micrófono en uno de esos días en los que se dedica a lo único que sabe hacer: provocar dolor y sufrimiento, no solo al toro, sino también a los caballos con los que realiza su detestable trabajo.

Nacido en Lisboa, cuando yo comencé la carrera de veterinaria (1982), se viene a España a provocar tortura y sufrimiento a becerros desde muy pequeño, supongo que aupado por su padre, otro afamado torturador a caballo de toros, también portugués. Viene aquí a darnos lecciones de que los animalistas tienen que enfrentarse a los incendios, muchos de ellos provocados por personas afines a la tauromaquia y la caza, a arengarles que deben exponer su vida como hace con la de sus caballos, porque tú ya no eres lo suficientemente valiente para hacerlo de pie, para salvar a los animales de los incendios, en vez de ir a las puertas de las plazas de toros a pedir piedad, empatía y misericordia para que no se torturen más toros.

Lo dices con sorna, con burla, cuando el país está padeciendo el peor año de incendios forestales. Eres un miserable que te aúpas en el aplauso de personas con las mismas deficiencias intelectuales y culturales para dirigirte a unas personas que hacen mucho más que tú en la vida; no solo protegen las vidas de los animales, sino que son conscientes de su sufrimiento a la vez que empatizan con toda causa donde exista violencia contra los más débiles.

En tu carrera meteórica, solo reconocida por gente taurina, quieres decirnos a los españoles lo que es nuestra cultura y lo que no. Tú, que eres portugués y en tu tierra ya no se da muerte al toro en las plazas, te vienes a España a clavar rejones de muerte y hacer sufrir a toros y caballos en tus bochornosos espectáculos taurinos.

La tauromaquia no es un invento español; ya lo hacían en Creta los minoicos y en la Roma Imperial. La antitauromaquia sí es un movimiento puramente español y es cultura, no ideología, como la vuestra, que lo entendéis todo como rituales de muerte, con su liturgia, su púlpito y sus feligreses dando el amén a vuestras bárbaras matanzas de Holocausto.

Tú y los tuyos pertenecéis a otra época, donde las matanzas se hacen en el desconocimiento de la ciencia y de la ley, que ya determina que todos los animales son seres sintientes y deben ser tratados como tales. Tú tratas al toro y al caballo como los sionistas a los niños y mujeres de Gaza, como el machista trata a su pareja, como Putin trata a los ucranianos, como Trump trata a las personas que no son estadounidenses, etc.

Te dejo un soneto para que recapacites, si puedes:

“Diego Ventura habla en Canal Sur, con voz de gloria y gesto de arrogancia, defiende el ruedo, su cruel circunstancia, mientras el toro muere sin honor.

No hay arte en la tortura ni en el furor, ni en la estocada envuelta en elegancia, solo dolor, silencio y la fragancia de sangre seca bajo el sol traidor.

La plaza aplaude, pero el alma llora, y en cada pase muere la esperanza de un mundo justo que al fin se mejora.

Seguiremos, sin miedo ni balanza, alzando el grito que jamás ignora la vida que se pierde en la matanza.”

Rafael A. Luna Murillo, veterinario

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