“Es la primera vez que se implanta un marcapasos a un caballo en España, hasta ahora, cuando se presentaba un caso así, el animal moría o se eutanasiaba”
“Es la primera vez que se implanta un marcapasos a un caballo en España, hasta ahora, cuando se presentaba un caso así, el animal moría o se eutanasiaba”
La especialista en cardiología equina María Villalba Orero lideró la primera implantación de un marcapasos en un caballo en España, una intervención pionera realizada en el Hospital Clínico Veterinario Complutense con la participación del equipo de Cardiología Equina CoreLab-UCM, el Servicio de Cirugía, Anestesia e Imagen Avanzada, y la colaboración de Boehringer Ingelheim, en el marco de un convenio para impulsar la investigación y la innovación en el ámbito cardiovascular veterinario.
Villalba comparte ahora los detalles de este caso excepcional en el podcast Equiland sobre los retos clínicos y el impacto de este avance.
Joker es el potro protagonista de esta historia. ¿Cuándo se detectó su patología cardiaca y qué señales hicieron pensar en un marcapasos como solución?
Joker tenía tres meses cuando fue remitido al hospital de la Universidad de León, porque presentaba debilidad al caminar y se iba cayendo hacia los lados. Tenía una frecuencia cardiaca muy bajita: 17 latidos por minuto.
Inicialmente parecía un cuadro neurológico o de debilidad por alguna patología de otra índole en el potro, pero se trataba de un problema cardiaco. Su corazón no era capaz de latir con regularidad.
Tras diagnosticarlo, consideramos que el único tratamiento para este tipo de arritmias, tanto en las personas, en los caballos, en los perros, gatos… era un marcapasos. Cuando el corazón deja de latir por sí solo, lo que se hace es que se implanta un dispositivo que genera actividad eléctrica en el corazón y hace que pueda contraerse de nuevo.
La inserción de marcapasos en équidos representa un importante desafío clínico. ¿Cuáles son las principales dificultades?
La técnica de implantación de un marcapasos es una técnica sencilla en otras especies, es algo rutinario. En los caballos se hace más complejo, porque son anatómicamente mucho más grandes y todos los marcapasos están diseñados para personas.
Y a nivel técnico, ¿cuáles fueron los mayores retos técnicos al implantar un marcapasos en un potro joven?
Precisamente eso. Siempre que tenemos un potro hay un factor de riesgo añadido: el estrés que le genera a un potro separarse de su madre.
Esto afecta también a la recuperación anestésica de los caballos, un momento muy crítico. Al poner un marcapasos, necesitamos que los movimientos del potro no sean bruscos, sobre todo las primeras 48 horas o la primera semana.
Joker, según se iba despertando, era consciente de que estaba en el suelo en un box de recuperación, que no estaba su madre, y eso hizo que estuviera más nervioso.
Por otro lado, necesitábamos hacer un abordaje desde el cuello y llegar al corazón. Podía ser una dificultad que el cable llegara muy justo al corazón, porque sujetar el cable al corazón sería más complicado. Además, Joker tenía tres meses e iba a crecer, con lo que la longitud del cable había que calcularla para que cuando llegue a los 12 meses y duplique su peso y tamaño el cable no esté tenso.
Pocas horas después, el potro ya quería correr. ¿A qué se debió esta rápida recuperación?
Cuando se implanta un marcapasos a un animal, pasa de estar sin oxígeno en sus músculos, en su cerebro… y no tener fuerza para moverse a tener un corazón que bombea de forma correcta a 40 latidos por minuto.
A las 24 horas cambia la actitud completamente y así fue en Joker. Pasó de ser un potro que caminaba con la cabeza hacia abajo y lento a ser otro animal. Tenía la cabeza en alto, las orejas alerta y miraba hacia donde había ruido.
¿Hay casos similares a nivel internacional?
Ya se habían descrito casos de implantación de marcapasos y eso precisamente era un tema que a mí me frustraba y me angustiaba. Sabía que en Europa y Estados Unidos se habían implantado marcapasos en caballos adultos y que habían tenido éxito. En España, esa técnica no se había hecho. En los casos que veíamos que se podían solucionar con un marcapasos, el animal moría o se le practicaba la eutanasia para evitar su sufrimiento.
¿Qué importancia tienen la colaboración y el impulso privado a la investigación en este tipo de avances?
En el área de la cardiología equina lo considero fundamental, porque somos conscientes de que el sector no tiene el impacto que tiene en otros países europeos, o incluso en Estados Unidos. Macroeconómicamente no somos un sector fuerte. Es una pena, pero es así.
A la hora de buscar financiación pública, el sector equino es muy pequeño en términos económicos y las enfermedades cardíacas son poco prevalentes.
Yo ingresé en la Complutense en el 2021 y este es el tercer año que tenemos financiación, en este caso con Boehringer Ingelheim, para poder desarrollar y mejorar, en el área cardiovascular. Se ha apostado por financiar el desarrollo del área cardiovascular y el resultado, entre otros que hemos tenido, es que hay un potro de tres meses que hace dos años o tres hubiera muerto y al que ahora se le ha puesto un tratamiento exitoso que le ha permitido tener una vida normal.
Escucha la entrevista completa en Equiland:
https://go.ivoox.com/rf/160862462
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