Un estudio internacional liderado por el Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC) ha alertado de la urgencia de evaluar los efectos acumulativos de los fenómenos climáticos extremos para fomentar la conversación de los pingüinos, ha informado en un comunicado este jueves.

Publicado en ‘Global Change Biology’, ha advertido que la supervivencia de los pingüinos depende de un cambio en la forma en que la ciencia y las políticas de conservación abordan el cambio climático, ya que «más que examinar los fenómenos extremos de forma aislada, es necesario evaluar sus efectos acumulativos».

La investigación se ha hecho en colaboración con el Laboratoire LOCEAN-IPSL (Sorbonne Université) y Phillip Island Nature Parks e identifica qué pingüinos están más amenazados por la creciente acumulación de fenómenos climáticos extremos.

Analizando tres décadas de datos climáticos, descubrieron que los pingüinos africanos de Snares, emperador, Adelia y de Galápagos están expuestos a los mayores riesgos acumulativos, y en las próximas décadas se espera que toda la comunidad de pingüinos deba afrontar una intensidad, duración y frecuencia de eventos extremos «aún mayores».

El equipo propone un marco en tres fases para reducir la vulnerabilidad de los ecosistemas que podría aplicarse a otras especies y regiones del mundo: la primera es identificar las áreas prioritarias donde la exposición a múltiples fenómenos extremos ya es elevada o está aumentando rápidamente.

La segunda es tener en cuenta factores locales adicionales, como la pesca, el desarrollo costero o el turismo, «que pueden agravar los impactos climáticos»; y la tercera plantea medidas de gestión adaptativa basadas en un seguimiento continuo.