Anaplasmosis bovina

Anaplasmosis bovina, células

Anaplasmosis bovina

Resumen

Definición de la enfermedad: La anaplasmosis bovina está causada por la infección por Anaplasma marginale. Se conoce desde hace tiempo una segunda especie, A. centrale, que suele causar infecciones benignas. Anaplasma marginale es responsable de casi todos los brotes de la enfermedad clínica. A. phagocytophilum y A. bovis, que infectan al ganado vacuno, se han incluido recientemente en el género, pero no se ha observado que causen enfermedad clínica. Este microorganismo se adscribe al género Anaplasma, perteneciente a la familia Anaplasmataceae, del orden Rickettsiales.

Descripción de la enfermedad: Los signos característicos de la anaplasmosis son la anemia, la ictericia y la muerte súbita. Otros signos son una pérdida rápida de la producción de leche y del peso, pero la enfermedad clínica solo se puede confirmar mediante identificación del microorganismo. Una vez infectado, el ganado puede permanecer toda la vida como portador, y la identificación de estos animales depende de la detección de anticuerpos específicos mediante pruebas serológicas, o del ADN de las rickettsias mediante técnicas de amplificación. La enfermedad suele transmitirse por garrapatas vector, pero también puede producirse una transmisión mecánica por picadura de insectos o por agujas.

Identificación del agente: El examen microscópico de frotis de sangre u órganos con tinción de Giemsa es el método más común para identificar Anaplasma en animales con infección clínica. En estos frotis, aparecen las bacterias A. marginale dentro de los eritrocitos como cuerpos densos y redondeados de unos 0,3–1,0 μm de diámetro, situados en la zona marginal del eritrocito o en su proximidad. Anaplasma centrale tiene un aspecto similar, pero la mayor parte de los microorganismos se sitúan hacia el centro del eritrocito. Puede resultar difícil diferenciar entre A. marginale y A. centrale en un frotis teñido, sobre todo con bajos niveles de rickettsiemia. En algunos países existen tinciones comerciales que permiten una tinción muy rápida de Anaplasma. Anaplasma phagocytophilum y A. bovis solo se pueden observar infectando granulocitos, principalmente neutrófilos.

Es importante que los frotis se preparen bien y estén exentos de material extraño. Los frotis de muestras de ganado vacuno vivo deben prepararse, preferiblemente, con sangre obtenida de la vena yugular o de algún otro gran vaso. En el caso del diagnóstico postmórtem, los frotis deben proceder de órganos internos (como el hígado, el riñón, el corazón o los pulmones) y de la sangre retenida en vasos periféricos. Esto último es particularmente deseable si el estado de descomposición, después de la muerte, es avanzado.

Pruebas serológicas: Se ha demostrado que un enzimoinmunoanálisis de competición (C-ELISA) tiene buena sensibilidad en la detección de los animales portadores. La prueba de aglutinación en placa es la siguiente más utilizada. La prueba de fijación del complemento (CF) ya no se considera fiable para la certificación de animales individuales debido a lo variable de su sensibilidad. La reacción cruzada entre distintas especies del género Anaplasma puede complicar la interpretación de las pruebas serológicas. En general, el C-ELISA tiene la mayor especificidad, y solo se ha descrito reactividad cruzada entre A. marginale, A. centrale, A. phagocytophilum y Ehrlichia spp.

Como alternativa, una prueba fiable que se utiliza en muchos laboratorios y que puede prepararse in situ para el diagnóstico sistemático de la anaplasmosis es un ELISA indirecto empleando la CF con modificaciones.

Se han utilizado pruebas basadas en el ácido nucleico de modo experimental, que son capaces de detectar la presencia de una infección moderada en el ganado vacuno portador y en las garrapatas que actúan como vectores. Se necesita una reacción anidada para identificar los portadores de bajo nivel utilizando la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) convencional y puede tener lugar una amplificación inespecífica. Recientemente, se han descrito PCR en tiempo real con una sensibilidad analítica equivalente a la PCR convencional anidada.

Requisitos para las vacunas: En varios países se usan vacunas vivas para proteger el ganado vacuno contra la infección por A. marginale. La vacuna que contiene A. centrale vivo se emplea más y confiere protección parcial contra las cepas virulentas de A. marginale.

Se dispone de una vacuna contra Anaplasma centrale en forma refrigerada y congelada. El control de calidad es muy importante, ya que pueden estar presentes en el ganado vacuno donante otros agentes transmisibles por la sangre que pueden contaminar las vacunas y diseminarse ampliamente. Por esta razón, se recomienda la vacuna congelada, que permite un control de calidad posterior a la producción, lo que limita el riesgo de contaminación con otros agentes patógenos.

Las vacunas contra Anaplasma centrale no son completamente inocuas. Una recomendación práctica es restringir su uso, en la medida de lo posible, a terneros, pues la inmunidad inespecífica reducirá el riesgo de algunas reacciones vacunales que pueden requerir un tratamiento con tetraciclina o imidocarb. Aparece inmunidad parcial en 6–8 semanas y dura varios años después de una única vacunación. En los países en que A. centrale es exótico, no puede utilizarse como vacuna contra A. marginale.

 

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