Cirugía de Mínima Invasión

Cirugía de Mínima InvasiónCirugía de Mínima Invasión

Nefrectomía
Con el animal en posición de decúbito dorsal, se procede a colocar el trocar de la óptica, de 10 mm, en la línea media, cerca de la cicatriz umbilical y ligeramente lateral a esta, en el hemiabdomen del riñón que será intervenido. Una vez establecido el neumoperitoneo, se lateraliza al animal y se sitúan los dos trocares para el manejo del instrumental, de 5 mm, craneodorsalmente y caudodorsalmente con respecto al primer trocar, buscando siempre lograr una triangulación adecuada.
La intervención se inicia con la disección del polo caudal del riñón, incidiendo el peritoneo y profundizando en la grasa hasta identificar el uréter. Una vez localizado, se procede a su disección en dirección craneal hasta alcanzar la arteria y la vena renales. Se continúa la disección hasta el polo craneal del riñón para facilitar la exposición del hilio renal. Utilizando un disector de Maryland y uno de ángulo recto, se disecan y ligan los vasos renales (vena y arteria) por separado.
Una vez que los vasos están adecuadamente ocluidos, se procede a su corte o sellado. Posteriormente, el riñón se libera por completo del espacio retroperitoneal. Para completar la extracción del riñón, se prosigue con la disección del uréter hasta su desembocadura en el trígono vesical. El uréter
puede ser ocluido con grapas vasculares o, en caso de tener un diámetro demasiado grande, con una sutura laparoscópica intracorpórea.
Finalmente, el riñón resecado se introduce en una bolsa de extracción y se retira del abdomen, o se exterioriza a través de un protector de heridas.

 

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Cirugía de Mínima Invasión

 

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