Dietas ultrabajas en grasas en perros con enteropatía por pérdida de proteínas

La enteropatía perdedora de proteínas (PLE) se caracteriza por la pérdida de proteínas intestinales, a menudo como consecuencia de diversos trastornos intestinales (p. Ej., Linfangiectasia intestinal, enteropatía crónica). Las terapias involucran agentes inmunosupresores y modificaciones dietéticas (es decir, proteína nueva o hidrolizada, restricción de grasas). Los perros con PLE tienen un pronóstico desfavorable y muchos se vuelven refractarios a la terapia estándar. Estudios recientes han sugerido que las dietas ultra bajas en grasas pueden ser beneficiosas para los perros con PLE, especialmente aquellos con linfangiectasia intestinal.¹-4

Este estudio retrospectivo describe las características clínicas de los perros con PLE (n = 33). El diagnóstico de PLE se basó en la presencia de hipoalbuminemia (albúmina <2,6 g / dl) tras la exclusión de otras causas de hipoalbuminemia. Se excluyeron los perros con trastornos concurrentes (p. Ej., Linfoma intestinal, pancreatitis, disfunción hepática), con otras causas de hipoalbuminemia (p. Ej., Pérdida de proteína renal) y / o que se perdieron durante el seguimiento.

De los 33 perros, 27 recibieron una dieta casera, hervida y ultra baja en grasas como tratamiento inicial. La dieta consistió en 1 parte de pechuga de pollo sin piel y 2 partes de arroz o papa blanca sin piel.4 El contenido de grasa fue de 0,35 g / 100 kcal.
La respuesta se definió como una disminución en la actividad clínica (ver Lectura sugerida), y los respondedores se subclasificaron como completos (es decir, albúmina sérica normal [≥2.6 g / dL], sin necesidad de tratamiento adicional con prednisolona) o parcial (es decir, solo mejoría parcial en albúmina sérica y / o prednisolona adicional necesaria). De los 27 perros que recibieron la dieta ultrabaja en grasas, 23 (85%) respondieron; de ellos, 12 se clasificaron como completos y 11 como parciales. La duración media de la respuesta fue de 15 días (rango, 6-32 días). Los respondedores tuvieron puntuaciones de actividad clínica significativamente más bajas en comparación con los no respondedores. Los tiempos de supervivencia fueron más largos en los que respondieron en comparación con los que no respondieron.

Después de la mejora inicial, los perros pasaron gradualmente (mediana, 47 días) a una dieta seca comercial baja en grasa (contenido de grasa, 2,03 g / 100 kcal o 2,3 g / 100 kcal) o hidrolizada (contenido de grasa, 4,25 g / 100 kcal). ) para prevenir deficiencias nutricionales secundarias.

Perlas clave para poner en práctica:

1- Las modificaciones dietéticas son cruciales en el manejo de perros con enteropatía crónica, y varios estudios muestran que la mayoría de los perros responden solo a la intervención dietética. Sin embargo, debido a la complejidad de PLE, no existe un enfoque único para todos, y los médicos deben experimentar con diferentes tipos de dietas. Este estudio confirma que una dieta casera ultra baja en grasas puede ser beneficiosa en perros con PLE. Después de la respuesta inicial, algunos perros pueden pasar a una dieta comercial de proteínas hidrolizadas o bajas en grasas.

2.- Las dietas ultra bajas en grasas tienen un contenido de grasas considerablemente menor que las dietas comerciales bajas en grasas. Es importante que los médicos evalúen correctamente el contenido de macronutrientes (es decir, grasa, proteína, fibra) de diferentes dietas. Al comparar las dietas, es mejor evaluar estos nutrientes por concentración calórica (por ejemplo, gramos de grasa por 100 o 1000 kcal).

3.- La incorporación de puntuaciones de actividad clínica (consulte Lectura sugerida) al evaluar al paciente puede aportar información valiosa sobre el pronóstico y la respuesta clínica a la terapia. Aunque se utilizan tanto el índice de actividad de la enfermedad inflamatoria intestinal canina (CIBDAI) como el índice de actividad clínica de enteropatía crónica canina (CCECAI), el CCECAI puede ser más útil para perros con PLE, ya que incorpora concentraciones de albúmina sérica, que son importantes cuando se monitorea la respuesta a tratamiento en perros con PLE.

Por Jan S. Suchodolski, MedVet, DrVetMed, PhD, AGAF, DACVM (Immunology), Gastrointestinal Laboratory at Texas A&M University

Fuente Clinician’s Brief