Efectos del comportamiento de los dueños de mascotas en la obesidad canina

Se estima que la prevalencia combinada de perros de compañía obesos y con sobrepeso en los Estados Unidos es ≥40% a 50%.¹ Es importante que el personal veterinario identifique áreas de intervención para el éxito en el control del peso del paciente. Aunque existe información sobre la relación entre algunos factores (p. Ej., Edad, estado de castración) y la obesidad, hay menos conocimiento sobre la relación entre las conductas y creencias humanas y la obesidad canina.²

Este estudio* sobre la obesidad canina tuvo como objetivo incorporar los principios de varios marcos cognitivos sociales que se han utilizado para comprender mejor el mismo problema en humanos. Más de 3000 dueños de perros de 5 países enviaron un cuestionario validado sobre sus creencias y comportamientos sobre la obesidad, el vínculo entre el perro y el dueño, la alimentación y el ejercicio.

El estudio encontró que los dueños de un perro con sobrepeso eran más propensos a pensar en el peso de su perro y a creer que su perro era más vulnerable al aumento de peso, que su perro no estaba en forma y que otros piensan que están sobrealimentando a su perro. Estos propietarios también tendían a subestimar el BCS de su perro. Estos hallazgos sugieren que, aunque los dueños de perros con un BCS alto pueden subestimar y subestiman la magnitud del problema, también reconocen y son conscientes de que existe un problema y, por lo tanto, pueden estar dispuestos a comprometerse con un plan de pérdida de peso. En este estudio, los dueños de un perro con sobrepeso también tenían menos probabilidades de tener el apoyo social de sus amigos para ejercitar a su perro.

Aunque este estudio no identificó asociaciones entre factores relacionados con el apego entre perro, dueño y BCS, tales asociaciones pueden existir. Un apego fuerte puede resultar en comportamientos que pueden tener efectos tanto positivos como negativos sobre el peso corporal; es necesaria una evaluación más profunda para promover los conocimientos actuales. De manera similar, no se encontró asociación entre las golosinas y un BCS alto, lo que probablemente refleja la variabilidad de las prácticas de tratamiento.

El diseño de este estudio no permitió distinguir entre los factores que están presentes antes del aumento de peso (posibles factores de riesgo) y los que no lo están; por lo tanto, se requieren más estudios prospectivos para aclarar la relación específica entre los comportamientos y creencias humanos y el BCS canino. Sin embargo, estos hallazgos iniciales brindan información valiosa que puede aplicarse a la práctica diaria para prevenir y controlar la obesidad canina.

Perlas clave para poner en práctica:

1.- Se debe educar a los propietarios sobre las evaluaciones de BCS, y las evaluaciones de BCS realizadas por los propietarios deben compararse regularmente con las realizadas por el personal veterinario para identificar perros en riesgo debido a que el propietario subestima el BCS.

2.- Se debe alentar a los propietarios a programar el ejercicio de su perro con un grupo de amigos y / o familiares para promover esta práctica de manera constante.

3.- Eduque a los propietarios sobre la obesidad, la pérdida de peso y la nutrición para que puedan comprender y considerar cómo esta información se relaciona con su mascota. Esto permitirá personalizar mejor un plan de control de peso que funcione para sus circunstancias y objetivos individuales.

Por Cecilia Villaverde, DVM, MSc, PhD, DACVN, DECVCN, Universitat Autònoma de Barcelona

* Esta investigación fue financiada por Nestlé Purina Company.

Fuente Clinician’s Brief