Un estudio impulsado por la Universitat de Barcelona (UB) ha advertido de los efectos del calentamiento global en los murciélagos, ya que se están adaptando a un clima más cálido y temperaturas más suaves con cambios en la duración de su hibernación, su condición corporal y el patrón de desplazamientos en el medio natural.

Publicado en la revista ‘Scientific Reports’, la investigación se ha llevado a cabo durante 20 años y muestra que los murciélagos están acumulando menos reservas de grasa en otoño, acortan el período de hibernación y «abandonan antes el refugio de invierno», informa la universidad este miércoles en un comunicado.

Se ha realizado en la mayor colonia de murciélagos en Catalunya, en el Parc Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac (Barcelona), formada por unos 17.000 murciélagos de cueva (Miniopterus schreibersii), una especie migradora que se agrupa en grandes colonias, especialmente en invierno.

Los investigadores afirman que, como consecuencia de unos inviernos «relativamente más cortos y con temperaturas más altas» que hace décadas, los murciélagos no engordan tanto en otoño como hace unos años, porque no necesitan tantas reservas de comida para pasar el invierno.

Estos cambios corporales son «evidentes» en ambos sexos, aunque las hembras tienen una condición corporal inferior que los machos, tanto al inicio como al final de la hibernación y durante el período de actividad, que es en marzo.

CONSERVACIÓN DE LA ESPECIE

El cambio climático también afecta a la disposición de los murciélagos en su refugio de invierno, ya que su cueva «tarda más en enfriarse en relación a los años anteriores», lo que hace que no encuentren la temperatura óptima para poder hibernar hasta finales de enero o principios de febrero.

De esta manera, los murciélagos buscan los espacios más fríos cercanos a la entrada del refugio de invierno y «se exponen a un mayor riesgo de depredación».

También avanzan los desplazamientos migratorios y llegan antes a los refugios de primavera, y en el estudio se apunta que «si hay episodios de fríos tardíos una vez entrada la primavera, los murciélagos podrían no estar preparados para afrontar períodos de bajas temperaturas», lo que también puede afectar a la conservación de la especie.