Entrevista a Gonzalo Moreno del Val: «nos sentimos, en menor o mayor medida, menospreciados por las distintas administraciones»

1. Nombre y número de colegiado. Clínica a la que perteneces

Gonzalo Moreno del Val

Colegiado 1.340 del Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de Alicante

Trabajo en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

2. ¿Por qué la Manifestación del 3 de abril?

-Vaya por delante que, como presidente del Colegio de Veterinarios de Alicante (Icoval)  ni como consejero de la Organización Colegial veterinaria (OCV), ni convoco, ni formo parte del comité organizador. Los colegios tenemos la relación más cercana y cotidiana con nuestros colegiados, de ahí que probablemente seamos los que mejor podemos tomar el pulso al sentir de los veterinarios. Por ese motivo, porque percibimos diariamente la sensación de cierto hastío y maltrato entre nuestro colectivo, fuimos uno de los colegios que primero mostró su apoyo, a esta y a la anterior convocatoria de una manifestación.

3. ¿No crees que ya vamos tarde para hacer todo tipo de protestas?

No veo por qué se llegue tarde. Hay muchas cuestiones, claves para el colectivo, que siguen aún abiertas, en las que podemos incidir y siempre es buen momento para trasladar a la opinión pública y a las autoridades la problemática del sector y las alternativas que éste propone. Sí tengo claro que existe una percepción social errónea de nuestro trabajo y de nuestra situación. Pocos son, por ejemplo, los que conocen que esta es la titulación de grado superior que peor remunerada está. La opinión predominante, más bien al contrario, es que ésta es una profesión muy vocacional, que vive una situación poco menos que bucólico-pastoril, idealizada. Es más, pese a la cruda realidad de la guerra de precios entre clínicas y la pugna por fidelizar a los clientes, no son pocos los usuarios que creen que en este sector poco menos que se nada en la abundancia. Necesitamos alzar la voz, abrirnos en canal para proyectar lo que realmente sucede y mostrar ese lado reivindicativo que en demasiadas ocasiones no se nos considera.

4. ¿Cuáles son las reivindicaciones que estamos pidiendo? ¿Podrías graduarlas de menos importantes a más importantes y esenciales?

En líneas generales comparto casi al 100% lo escrito en el manifiesto. Pero, como antes matizaba, los colegios no hemos participado en este escrito y hay algunas lagunas relevantes que me gustaría destacar. Desde que en 2019 la Confederación de Decanos de Facultades de Veterinaria lanzase el último informe sobre la situación de esta titulación en nuestro país parece que el tema de la ‘burbuja universitaria’ de Veterinaria se haya olvidado. La realidad es que, desde entonces, hemos alimentado la sobreoferta ya existente con una facultad más, la creada en Madrid por la Universidad Europea por lo que ya son 14 los centros -10 públicos y 4 privados- dedicados a impartir estos estudios. Antes de esta apertura España ya tenia el dudoso honor de ser el país europeo con mayor ratio de veterinarios por millón de habitantes y es evidente que, pese a que el sector sigue creciendo, existe un serio problema de sobreoferta de esta titulación y de saturación de la oferta en el sector clínico dedicado a la atención de pequeños animales. De eso nada se dice en el manifiesto y nada parece decirse desde hace años cuando es obvio que es una de las principales causas de la precarización laboral existente.

No me veo en situación de ponderar y ordenar cuáles son las reivindicaciones más esenciales. Casi todas, aparecen en ese documento, pero es evidente que el tema del IVA lo podría colocar en segunda posición. Llevamos ahora casi una década reivindicado su reducción y es un tema que es obvio que ha desgastado mucho al colectivo, que ha sido usado políticamente de una forma ciertamente torticera. Es discriminatorio con respecto al resto de profesiones sanitarias y es un castigo para una profesión clave para la salud pública, por lo que no debiera de ser nunca penalizada con un tipo impositivo de artículo de lujo.

5. ¿Existe un apoyo sin fisuras de todos los colectivos veterinarios a estas reivindicaciones?

Pues, sinceramente, no lo sé pero sí parece que se ha hecho un esfuerzo sintetizador importante y acertado, de ahí que apoyemos la convocatoria sin reservas. Cuanto menos, el espíritu de todo cuanto se reivindica sí creo que es compartido por casi todos.

6. ¿Están igualmente implicados en esta reivindicación todos los veterinarios, públicos y privados, de pequeños animales y de ganadería o de la industria, los que trabajan como comerciales o como ejecutivos en multinacionales?

– Eso es casi como preguntarme si creo que existe un sentimiento de identificación colectiva como profesión. Y en una actividad tan versátil y polifacética como la nuestra, que ocurra tal cosa –cuando tan pronto podemos trabajar en una clínica, como en una granja, en un matadero, en la Administración o como yo, centrarme en la investigación- eso es complicado. ¿Acaso están unidos todos los agricultores, no hay serias diferencias entre los cultivos continentales y los mediterráneos?; ¿acaso tienen las mismas inquietudes los farmacéuticos que trabajan en la industria de medicamentos o química que los que lo hacen en las propias farmacias? Pues no. La procesión irá por barrios y según le toque a cada cual se sentirá más identificado o menos.

7. ¿Quién crees que tiene que llevar la voz cantante en las negociaciones con el Gobierno? ¿El Consejo General, los Colegios, las Asociaciones de Veterinarios…?

Pues depende de para qué. En cuestiones profesionales, por una cuestión legal y de legitimidad, es evidente que debe de ser el Consejo General. Es la entidad que integra a todos los colegios de veterinarios del país, a todos los colegiados, es el foro donde tales corporaciones tienen voz y voto pero es que también, por experiencia, por preparación, independencia y capacidad de interlocución ante la Administración, la entidad que estará en mejores condiciones de defender los intereses del conjunto de colegiados. En temas empresariales, vinculados por ejemplo a la negociación colectiva o en cuestiones relacionadas con los factores de producción, pese a que CEVE es una realidad aún emergente, relativamente novel en estas lides, es evidente que es ella la que debe tener todo el protagonismo y así lo tuvo en la reciente negociación del convenio nacional. En cuestiones laborales, son los sindicatos, en los que también hay un largo camino que recorrer para que alcancen mayor representatividad y grado de participación de los asalariados. Hay terrenos, ámbitos de actuación compartidos, como lo es la formación donde todos podemos contribuir pero que entiendo que no deben plantearse nunca como un negocio cuando parten de los colegios, de los sindicatos o de la patronal. Y en cuestiones de especialidades, más específicas, es obvio que también deben desempeñar un papel esencial las asociaciones o sociedades científicas. Cada cual debería ceñirse a sus fines estatutarios y no abarcar más de lo que, por su propia naturaleza, deba de atender. A todos se les debe, con todo, escuchar, todos tienen algo que decir pero he de confesar que, en ocasiones, he observado demasiado afán de significarse en cuestiones que no son las más propias por parte de algunos. Las negociaciones, la interlocución con la Administración, necesitan también de la necesaria discreción, hay que conocer las limitaciones del marco legal, no se puede llegar a acuerdos a golpe de tuit. Nadie se queda impávido cuando observa un incendio, todo el mundo reacciona, pero provocarlos por sistema y sin control no ayuda a construir y sí garantiza la destrucción.

8. Una de las peticiones es ser considerados personal sanitario, con todas las características y beneficios que eso aporta. ¿Vamos a exigir que podamos formar parte de los MIR, o que se cree un MIR como ocurre con los médicos y creo que los biólogos? ¿Se pide poder formar parte del personal sanitario del Sistema Nacional de Salud, en hospitales, para poder acceder a puestos de laboratorio, pruebas diagnósticas, etc?

Esto se viene reclamando desde hace años. Fue, por ejemplo, una de las primeras cosas que yo solicité al llegar a la presidencia hace más de 4 años. Pero por lógicos que sean muchas veces los argumentos, no es fácil lograr que las administraciones atiendan a nuestros razonamientos.

9. ¿No crees que nos estamos enfocando demasiado en el tema monetario, en el IVA, cuando la nueva ley de receta de medicamentos, que entró en vigor el pasado 28 de enero, nos ha coartado todas nuestras capacidades de prescripción? ¿No crees que hemos pasado de ser un profesional que, según sus conocimientos y experiencia, administraba un fármaco con una posología que él consideraba apropiada, a ser un simple lector de prospectos que no puede salirse ni un milímetro de lo escrito por el fabricante del fármaco?

No lo creo. Reclamar un IVA reducido es perfectamente compatible con mejorar la regulación en materia de prescripción. Durante todos estos años, yo mismo desde Icoval, hemos promovido y respaldado cuantas iniciativas se han plateado para rebajar este injusto impuesto indirecto. Ahora mismo llevamos recogidas, por otra parte, casi 6.000 firmas para tratar de concienciar a la ciudadanía y recabar los apoyos suficientes sobre la conveniencia de que los veterinarios puedan comercializar abiertamente medicamentos sin prescripción. Y mientras trabajamos en este terreno, esperamos al proyecto de RD que regulará la prescripción y dispensación de medicamentos veterinarios para defender que los veterinarios puedan vender también los que requieran de receta para los animales que estén bajo su atención. En 24 de 30 países europeos, es el propio veterinario el canal principal de venta de medicamentos pero en España –se nos ha dicho por activa y por pasiva- necesitábamos esperar a que el nuevo reglamento europeo nos habilitase y reconociera tal posibilidad. Eso se viene negociando desde hace años, de manera en muchas ocasiones discreta, buscando consensos con las otras partes implicadas y haciendo avances sin herir sensibilidades innecesariamente.

10. ¿Qué acciones coercitivas vamos a implementar para obligar al legislador a atender a nuestras reivindicaciones? ¿Crees capaces a los veterinarios de llevar a cabo las acciones coercitivas que se acuerden, sin fisuras de ningún tipo, cuando la historia nos dice que somos un colectivo que nunca ha reaccionado ante todos los ataques que hemos sufrido y siempre hemos tragado con todo lo que nos han hecho?

Considero que esta pregunta plantea una aseveración algo personal, que yo no termino de compartir. En primera instancia, he de confesarle que rechazo hacer mío, aplicar a la Veterinaria y a los veterinarios el método coercitivo que usted menciona. No. Somos una profesión basada en la Ciencia, de ésa que se escribe con mayúsculas y por tanto contraria al uso de la fuerza para hacer presión. Sin ánimo de ser proselitistas y recurriendo a la actualidad, por mucho que también nos asista la razón, los veterinarios no podemos recurrir a métodos parecidos a los que estos días están aplicando una porción de los transportistas. Ni debemos ni –claro- creo que tengamos la posibilidad de hacerlo. Estamos abocados a dar nuestras razones, a someternos al imperio de la Ley, a recurrir a una dialéctica rigurosa y, claro, a defender nuestros intereses como un colectivo cohesionado, que sabe de lo que habla y que puede demostrar con hechos sus argumentos. No creo que nadie se haya resignado a mantener este IVA al 21% como nadie se ha resignado a censurar las limitaciones y los sinsentidos de la actual legislación del medicamento, o al hecho de que, en demasiadas ocasiones, nos traten como profesionales sanitarios de segunda. No hemos tragado con nada de eso. Ni lo han hecho los veterinarios en su ámbito particular ni lo han hecho los colegios.

11. Por último, ¿qué mensaje quieres dar a los veterinarios que nos lean para que se unan a estas reivindicaciones?

Bueno, creo que todos nos sentimos, en menor o mayor medida, menospreciados por las distintas administraciones. Nuestra profesión, en sus distintas facetas, juega un importante papel en la sociedad, pero, sin embargo, el peso específico de la veterinaria es más bien reducido en la toma de decisiones, incluso de algunas, como el bienestar animal, en los que somos, desde el punto de vista técnico-científico, la profesión de referencia. Tal vez no tengamos el peso político de otras profesiones, ni la capacidad de presión de algunos lobbies, pero debemos hacer ver a la sociedad y a los poderes públicos, que en algunas cuestiones se está regulando en contra de toda lógica. Y regular contra toda lógica, en una profesión que es garante de la salud pública resulta realmente peligroso.

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