Evaluación de la eficacia de los probióticos y el ácido ascórbico como agentes antiestrés
- 1Departamento de Anatomía y Fisiología, Facultad de Ciencias Veterinarias, Universidad de Pretoria, Pretoria, Sudáfrica
- número arábigoDepartamento de Ciencias Paraclínicas, Facultad de Ciencias Veterinarias, Universidad de Pretoria, Pretoria, Sudáfrica
- 3Departamento de Enfermedades Tropicales Veterinarias, Facultad de Ciencias Veterinarias, Universidad de Pretoria, Pretoria, Sudáfrica
El estrés por calor plantea un desafío sustancial para la producción avícola en todo el mundo, lo que pone de relieve la necesidad urgente de estrategias de gestión eficaces. Este estudio investigó la eficacia de los probióticos (Saccharomyces cerevisiae) y el ácido ascórbico como agentes antiestrés utilizando las temperaturas cloacales y de la superficie corporal (CT y BST) como biomarcadores de estrés por calor en pollos de engorde. Se utilizaron un total de 56 pollos de engorde para el experimento y se dividieron en cuatro grupos distintos: control, probióticos (1 g/kg de alimento), ácido ascórbico (200 mg/kg de alimento) y la combinación de probióticos y ácido ascórbico (1 g/kg y 200 mg/kg de alimento, respectivamente). El estudio duró 35 días; se tomaron medidas para la temperatura ambiente (AT), TC y BST. La temperatura ambiente en los corrales excedió consistentemente la zona termoneutral (TNZ) establecida para los pollos de engorde. Los valores de CT para los pollos de engorde en el grupo probiótico fueron significativamente más bajos (p < 0,05) en comparación con el grupo control. Además, los valores de BST en los grupos de probióticos y probióticos + ácido ascórbico fueron significativamente más bajos (p < 0,05) que los del grupo control. Los hallazgos sugieren que la incorporación de probióticos, con o sin ácido ascórbico, puede reducir eficazmente los valores de CT y BST en pollos de engorde, mejorando así la termorregulación en comparación con el grupo de control. Esto implica que el uso de probióticos en las dietas de las aves de corral puede mejorar la salud y el rendimiento del crecimiento, lo que podría conducir a una mejor eficiencia alimentaria y una menor dependencia de los antibióticos. La implementación de estas estrategias dietéticas podría mejorar la productividad y el bienestar de los pollos de engorde en entornos comerciales.
1 Introducción
Los sistemas agrícolas de todo el mundo se enfrentan cada vez más a consecuencias negativas debido al cambio climático. Esto se manifiesta en el aumento de las temperaturas globales y los cambios en los patrones climáticos (1). Según Sundstrom et al. (2), el aumento de las temperaturas, las lluvias impredecibles, las sequías prolongadas y los fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes plantean amenazas significativas para la producción de alimentos y la seguridad. Estas alteraciones alteran el delicado equilibrio de los ecosistemas, afectando el crecimiento, el desarrollo y la productividad de los cultivos y la ganadería (3). En particular, las altas temperaturas ambientales durante los meses de verano a menudo provocan estrés por calor en los pollos de engorde (4, 5). Este problema se ha intensificado debido tanto a factores geográficos como a los impactos más amplios del calentamiento global, lo que lo convierte en una preocupación crítica en la producción avícola (6, 7). La zona termoneutral (TNZ) se refiere al rango de temperaturas ambientales en el que los pollos de engorde pueden mantener un equilibrio entre la pérdida de calor por evaporación y la producción de calor metabólico, asegurando su comodidad y salud (8). Cuando las temperaturas superan esta zona, el bienestar de los pollos de engorde puede deteriorarse significativamente. En las regiones tropicales y subtropicales, la combinación de alta humedad relativa y temperaturas elevadas crea desafíos sustanciales para el manejo efectivo de los pollos de engorde (3). El aumento de las temperaturas y la humedad puede provocar estrés por calor, lo que afecta negativamente el rendimiento del crecimiento y la eficiencia general de los pollos de engorde (9, 43).
Aunque los pollos de engorde en climas templados suelen prosperar en sistemas de cultivo intensivos con condiciones microclimáticas controladas, esto no siempre es cierto en las regiones menos desarrolladas, donde la cría de pollos de engorde depende de la ventilación natural y el alojamiento abierto (10). Estas condiciones hacen que los pollos de engorde sean más susceptibles al estrés por calor (11). La temperatura cloacal (TC) es un marcador fisiológico valioso para evaluar el estrés térmico, ya que refleja la temperatura corporal central de las aves (12). Mientras tanto, la temperatura de la superficie corporal (BST) proporciona información sobre la eficacia con la que los pollos de engorde manejan la disipación de calor a través de mecanismos como la vasodilatación, que ayuda a liberar calor a través de la superficie del cuerpo (13). Para combatir los efectos perjudiciales del estrés térmico, las intervenciones dietéticas pueden desempeñar un papel fundamental (8, 14). Los suplementos con propiedades antiestrés y antioxidantes, como los probióticos y el ácido ascórbico, han demostrado ser prometedores para mejorar la productividad y la resistencia de los pollos de engorde (6, 15, 16).
Los probióticos son microorganismos que tienen la capacidad de combatir ciertos patógenos dentro del tracto gastrointestinal del pollo (17-19, 41). Por lo general, se administran como aditivos alimentarios en cantidades suficientes y se han observado efectos muy beneficiosos en el campo (20). Ciertas especies bacterianas y fúngicas han presentado resultados prometedores como probióticos eficientes tanto en animales como en pollos (21, 22). Las levaduras como la Saccharomyces cerevisiae son muy beneficiosas para estabilizar la microbiota intestinal y reducir el riesgo de aparición de enfermedades (23, 24). Los probióticos, como Saccharomyces cerevisiae, desempeñan un papel crucial en el alivio del estrés por calor en pollos de engorde a través de varios mecanismos (25). El ácido ascórbico, ampliamente reconocido como vitamina C, es un poderoso antioxidante que desempeña un papel crucial en la protección de las células del estrés oxidativo causado por los radicales libres. Sus beneficios potenciales en el manejo del estrés por calor, particularmente en el ganado y las aves de corral, están bien documentados (26). Si bien los probióticos y el ácido ascórbico ofrecen beneficios distintos, su eficacia como agentes antiestrés puede variar según la dosis, el método de administración y las condiciones específicas del entorno avícola (27-30). Su impacto en el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal los ha convertido en un agente eficaz para combatir el estrés, lo que conduce a una mayor resistencia y bienestar general al modular los mecanismos de respuesta al estrés del cuerpo. Este estudio examinó la efectividad de los probióticos (Saccharomyces cerevisiae) y el ácido ascórbico como agentes para aliviar el estrés en pollos de engorde. Utilizó CT y BST como biomarcadores de estrés térmico para evaluar su impacto. Hasta donde sabemos, ninguna investigación ha evaluado los efectos combinados del probiótico Saccharomyces cerevisiae y el ácido ascórbico para mitigar los impactos del estrés por calor en los pollos de engorde en el momento en que se realizó este estudio. El objetivo de este estudio fue evaluar los efectos antiestrés tanto del probiótico como del ácido ascórbico en pollos de engorde durante los desafiantes meses de verano, utilizando CT y BST como biomarcadores de estrés por calor.
2 Materiales y métodos
2.1 Condiciones ambientales en los sitios experimentales
Después del período de incubación, los pollos fueron expuestos a las desafiantes condiciones térmicas típicas de la calurosa temporada de verano en Pretoria, Sudáfrica. Estas condiciones se caracterizaron por una alta humedad relativa, superior al 65-70%, y temperaturas ambientales elevadas superiores a los 18-26 °C, lo que indujo estrés térmico en pollos criados en climas tropicales (6).
2.2 Animales de experimentación y manejo
Se emplearon calentadores cerámicos ajustados a 34 °C para proporcionar el calor necesario durante el período de incubación de los pollos de engorde, que duró 14 días. Para mantener la bioseguridad, se proporcionaron pediluvios que contenían F10 Super Concentrate (Health and Hygiene (Pty) Ltd., Roodepoort, Sudáfrica) a una dilución de 1:500. Además, se requirió que todo el personal usara calzado y ropa designados. En este estudio se utilizaron cincuenta y seis pollos y se dividieron en cuatro grupos de 14. El grupo I sirvió como control, el grupo II recibió el probiótico, el grupo III recibió ácido ascórbico y el grupo IV recibió tanto el probiótico como el ácido ascórbico. Los probióticos y el ácido ascórbico se incorporaron a la alimentación de los pollos desde D1 hasta D35. Se administraron a una dosis de 1 g/kg de alimento (31) y 200 mg/kg de alimento (15), respectivamente, tanto individualmente como en combinación. Cada pollo de engorde se marcó individualmente con marcas codificadas por colores y etiquetas en las alas para garantizar un registro preciso.
2.3 Mediciones experimentales
2.3.1 Parámetros ambientales térmicos
Se instaló un sensor electrónico (Hobo) en el corral de aves para monitorear continuamente la temperatura ambiente (AT) y la humedad relativa (HR). Los pollos fueron incubados durante 2 semanas a 34°C como se mencionó anteriormente, después de lo cual fueron expuestos a las condiciones ambientales naturales. En D21, D28 y D35 del experimento, las mediciones de AT y RH se registraron dos veces al día para capturar las variaciones diurnas. El índice de temperatura-humedad (THI) se calculó mediante la siguiente fórmula:
THI = (1,8 × AT + 32) – (0,55–0,55 × HR) × [(1,8 × AT + 32)–58]
donde THI = índice de temperatura-humedad, AT = Temperatura ambiente (°C) y HR = Humedad relativa (%) (6).
2.3.2 Mediciones de la temperatura cloacal y de la superficie corporal
Se utilizó un termómetro clínico digital (Zhengzhou AiQURA Intelligent Technology Co., Ltd., China) para registrar la TC en los grados D21, D28 y D35 del estudio. Estas mediciones de TC se tomaron simultáneamente con los registros de AT y RH. Para las mediciones de BST, se seleccionaron al azar siete pollos de engorde de cada grupo en los modelos D21, D28 y D35 del estudio. La temperatura de la superficie corporal se evaluó con un termómetro infrarrojo (Rutland Industries, Sudáfrica).
2.3.3 Cálculo de la pérdida de calor convectiva y conductora
La pérdida de calor sensible por convección y conducción al medio ambiente en pollos de engorde se calculó utilizando una fórmula modificada (32):
Qc = As × h (Ts − Tat)
Dónde:
Qc es la pérdida de calor conductora y convectiva;
As es la superficie del ave (m2) (As = 3,86 × MC0,74);
MC es la masa corporal del pollo de engorde (kg);
hc es el coeficiente de transferencia de calor (hc = 0,336 × 4,184 × (1,46 + √VAR × 100));
VAR es la velocidad del aire (VAR = 0);
Ts es la temperatura media de la superficie de las aves (°C) y
Tat es la temperatura ambiente (°C).
2.4 Análisis estadístico
Los datos se transformaron logarítmicamente para lograr una distribución normal, lo cual es esencial para la validez de los análisis posteriores. Una vez normalizados los datos, se sometieron a un análisis de varianza de medidas repetidas (ANOVA), para determinar las diferencias entre las medias de los grupos control y tratamiento. Se empleó la prueba HSD de Tukey, con significancia de 0,05. El análisis se realizó con el programa SPSS Statistics for Windows, Version 27 (Armonk, NY: IBM Corp).
3 Resultados
3.1 Respuestas a la temperatura ambiente y a la temperatura cloacal
En los días 21, 28 y 35 del estudio, los valores de AT superaron la zona termoneutral recomendada para los pollos (Tabla 1). En el D21, la CT en el grupo probiótico fue significativamente menor (40,84 ± 0,05; p < 0,05) a las 19:00 h, que fue la última lectura del día en comparación con el grupo control (41,69 ± 0,18). Además, a las 7:00 h (inicio del procedimiento) de D35, los valores de CT registrados en los grupos probiótico, ácido ascórbico y coadministrados fueron significativamente menores (40,36 ± 0,18; 40,97 ± 0,15 y 41,01 ± 0,16, respectivamente; p < 0,05) que las del grupo control (Tabla 2).
3.2 Temperatura de la superficie corporal (BST)
En D21, D28 y D35, los pollos de engorde en los grupos probióticos, ácido ascórbico y los grupos coadministrados exhibieron temperaturas significativamente más altas (p < 0.05) en el panal y el ala debido a la disipación de calor al entorno. Hubo una temperatura significativamente más baja (p < 0.05) en la pata, espalda y cabeza de los pollos de engorde en el grupo de tratamiento en comparación con el control durante el estudio (Tabla 3).
3.3 Pérdida de calor convectiva y conductora
En el D35 la pérdida de calor registrada en los grupos de tratamiento fue significativamente mayor (p < 0,05) en comparación con el grupo control. Durante el período matutino del estudio, el THI se mantuvo dentro de la zona termoneutral (TNZ) (Figura 1). Sin embargo, al mediodía y por la noche, aunque el THI superó el TNZ, hubo una diferencia significativa (p < 0,05) en la pérdida de calor entre el grupo probiótico y el grupo control (Figuras 2, 3). En D21, todos los valores de pérdida de calor registrados estaban dentro de la TNZ, indicada por la zona amarilla, para los pollos de engorde. Sin embargo, en los días 28 y 35 del estudio, los valores de pérdida de calor superaron la TNZ, cayendo en la zona roja (Figura 4).
4 Discusión
Los valores elevados de CT observados en el grupo de control sugieren que estas aves experimentaron una disminución de la capacidad para hacer frente al estrés térmico a medida que envejecían. La falta de intervención en este grupo probablemente contribuyó a la mayor TC, especialmente notable durante las horas de la tarde y la noche. Esta observación es consistente con Egbuniwe et al. (26), quienes reportaron un aumento de CT en pollos privados de betaína y ácido ascórbico, lo que indica que tales deficiencias perjudican la regulación térmica de las aves. Por el contrario, el grupo tratado con probióticos exhibió valores de CT significativamente más bajos, lo que puede atribuirse a las propiedades antiestrés del probiótico a través de su influencia en el eje HPA. Se ha demostrado que los probióticos de levadura (Saccharomyces cerevisiae) son agentes antiestrés efectivos, mejorando el rendimiento de los pollos de engorde y la tolerancia al calor cuando se administran en dosis adecuadas durante períodos de estrés térmico (6, 25). Este hallazgo apoya a Sugiharto et al. (33), quienes demostraron que los probióticos podrían modular los efectos adversos del aumento de la producción de calor metabólico asociado con mayores ganancias de peso corporal, mejorando así la disipación de calor en los pollos de engorde. La falta de un efecto aditivo sobre la TC en el grupo que recibió tanto probióticos como ácido ascórbico puede sugerir que los mecanismos a través de los cuales operan estos dos tratamientos se superponen o son sinérgicos de una manera que no resulta en beneficios mejorados cuando se combinan durante este estudio. Además, las respuestas fisiológicas de los pollos al estrés por calor podrían haber alcanzado un umbral máximo, evitando cualquier efecto adicional del tratamiento combinado. A pesar del papel del ácido ascórbico en la reducción de los niveles de corticosterona a través de un mecanismo de retroalimentación negativa (15, 34), no demostró una eficacia superior en comparación con el probiótico solo para mitigar el estrés térmico. Este resultado sugiere que, si bien el ácido ascórbico puede contribuir a la reducción del estrés, su impacto puede estar limitado por factores como la dosis específica utilizada, la biodisponibilidad del antioxidante o la variabilidad inherente en la susceptibilidad de los pollos de engorde a estos tratamientos. Además, vale la pena considerar que la eficacia de los antioxidantes puede verse influenciada por su interacción con otros componentes de la dieta y las condiciones ambientales (35). Las diferentes respuestas observadas en este estudio ponen de manifiesto la necesidad de realizar más investigaciones para optimizar el uso de estos agentes y comprender sus mecanismos en el manejo del estrés térmico.
Las temperaturas más bajas registradas en la cabeza, la espalda y las patas de los grupos de tratamiento sugieren que el probiótico y el ácido ascórbico desempeñaron un papel importante en la mejora de la capacidad de las aves para manejar el estrés por calor. Durante los períodos de estrés por calor, los pollos de engorde suelen aumentar su ingesta de oxígeno para apoyar los mecanismos termorreguladores, como el enfriamiento por evaporación, a través del jadeo (8, 36). Este mayor consumo de oxígeno puede conducir a la acumulación de especies reactivas de oxígeno (ROS), que son subproductos del metabolismo del oxígeno. Cuando los antioxidantes endógenos son insuficientes para contrarrestar estas ROS, puede producirse estrés oxidativo. La inclusión de antioxidantes exógenos, como Saccharomyces cerevisiae y ácido ascórbico, puede ayudar a neutralizar estas ROS, reduciendo así el estrés oxidativo y apoyando una mejor regulación térmica (6, 15). El aumento de BST observado en el grupo de control probablemente refleja la capacidad deteriorada de los pollos para regular el calor, como lo indica su CT elevado. Esto apoya los hallazgos de Kim et al. (37), quienes señalaron que el BST es un indicador sensible de los niveles de estrés por calor, con temperaturas ambientales más altas que conducen a su aumento. Aunque el estudio se centró en las gallinas ponedoras, la relación entre la temperatura ambiental, el estrés térmico y el BST también es aplicable a los pollos de engorde. Los hallazgos indicaron que, si bien el probiótico puede ayudar a aliviar el estrés, combinarlo con ácido ascórbico no produjo un efecto aditivo sobre la temperatura central. Esto subraya la necesidad de enfoques específicos en el manejo de pollos de engorde. Para optimizar el bienestar y el rendimiento de las aves de corral durante los meses más cálidos, son esenciales las recomendaciones prácticas para los productores de pollos de engorde. Estos incluyen la incorporación de probióticos en los regímenes de alimentación, el monitoreo de las condiciones ambientales, la garantía de una hidratación adecuada y el ajuste de las prácticas de incubación. Al implementar estas estrategias, los productores pueden mejorar la resiliencia de sus parvadas y mejorar los resultados generales de producción frente a los desafíos relacionados con el clima.
En las horas de la mañana del estudio, el THI estaba dentro de la TNZ ideal para la producción óptima de pollos de engorde. Este THI favorable permitió una termorregulación efectiva a través de la pérdida de calor convectiva y conductora, lo que fue evidente en los grupos de tratamiento, ya que el THI es el indicador descriptivo del estrés térmico [(38); Xinyao et al., 2022]. A lo largo del estudio, los pollos de engorde acumularon calor tanto de fuentes ambientales como de procesos metabólicos. Sin embargo, el enfoque principal se centró en evaluar la pérdida de calor sensible en los grupos de tratamiento y control. Es importante reconocer que, si bien los antioxidantes contribuyeron a aumentar la pérdida de calor, la efectividad general de la disipación de calor también se vio influenciada por el THI. Las variaciones en THI durante diferentes períodos del estudio probablemente afectaron la dinámica de pérdida de calor. Tao y Xin (39), encontraron que el THI óptimo para la producción de pollos de engorde es de alrededor de 21, lo que sugiere que mantener el THI dentro de este rango es crucial para minimizar el estrés por calor y garantizar un rendimiento óptimo. Esto implica que, junto con la suplementación con antioxidantes, el manejo eficaz de la THI es esencial para mejorar el bienestar y la productividad de los pollos de engorde. Durante las horas de la tarde y noche del estudio, el THI superó la TNZ óptima para la producción de pollos de engorde. Se espera que tales condiciones reduzcan la pérdida de calor a través de la conducción y la convección. A pesar de esto, el grupo probiótico demostró un mayor grado de pérdida de calor en comparación con el grupo de control en D21 y D35. Este aumento de la pérdida de calor en el grupo de los probióticos puede atribuirse al efecto antiestrés de este agente. Estos hallazgos se alinean con la investigación de Sinkalu et al. (40) y Aluwong et al. (6), quienes identificaron que los niveles de THI por encima de 21 inducen estrés por calor en pollos de engorde. Sus estudios utilizaron la TC como biomarcador para evaluar el estrés térmico, lo que corrobora la observación de que un THI alto contribuye a un mayor estrés térmico.
El TNZ es el rango de temperatura óptimo en el que los pollos de engorde pueden mantener sus funciones fisiológicas sin necesidad de gastar energía adicional para la termorregulación (8). Esta zona, también conocida como zona de confort, es crucial para lograr el máximo rendimiento y bienestar en los pollos de engorde (13). Dentro de este rango, conocida como la zona de confort (zona amarilla), los pollos de engorde pueden controlar eficazmente su temperatura corporal y rendir de forma óptima. Sin embargo, cuando las temperaturas ambientales superan este rango, entrando en la zona de incomodidad (zona roja), los pollos experimentan un mayor estrés y un menor rendimiento (39). Durante el estudio, los valores de THI registrados en D21 y en las horas de la mañana de D28 y D35 se mantuvieron dentro de la TNZ. Estas condiciones favorables facilitaron una termorregulación efectiva en los pollos de engorde, como lo demuestra la pérdida eficiente de calor por convección y conducción. De este modo, se apoyó la capacidad de mantener las funciones fisiológicas normales y los niveles de confort. Por el contrario, los valores de THI registrados durante las horas de la tarde y la noche de D28 y D35 estuvieron por encima de la TNZ, lo que afectó significativamente la capacidad de los pollos para regular su temperatura corporal. Esto se reflejó en la reducción de la eficacia de los mecanismos de disipación de calor, lo que comprometió el bienestar y el rendimiento (26). Las temperaturas elevadas en estos períodos resultaron en un mayor estrés fisiológico y una disminución de la comodidad para los pollos de engorde. Nuestro estudio indica que una mayor AT más allá de la TNZ afecta negativamente los procesos termorreguladores en pollos de engorde, particularmente cuando no se aplican intervenciones antiestrés. Los datos sugieren que a medida que la AT aumenta y supera la TNZ, la capacidad de termorregulación efectiva disminuye, lo que pone de relieve la necesidad crítica de estrategias de gestión ambiental y mitigación del estrés. Esto refuerza la importancia de mantener las condiciones ambientales dentro de la TNZ para optimizar la salud y la productividad de los pollos de engorde (10, 44). Además, los hallazgos subrayan los beneficios potenciales de implementar medidas antiestrés, como suplementos dietéticos como probióticos (Saccharomyces cerevisiae) y ácido ascórbico para apoyar el bienestar de los pollos de engorde durante los períodos de estrés térmico. Investigaciones adicionales deben explorar la interacción entre varios tipos de antioxidantes y las condiciones ambientales para desarrollar estrategias integrales para manejar el estrés por calor en la producción de pollos de engorde. Esto podría incluir la optimización de las dosis de antioxidantes y su combinación con controles ambientales para lograr los mejores resultados para la salud y el rendimiento de los pollos de engorde. Comprender cómo las fluctuaciones en el THI influyen en el estrés por calor y el rendimiento en diferentes fases de crecimiento puede informar prácticas de manejo más específicas. Además, se deben estudiar los efectos de diferentes combinaciones y dosis de antioxidantes, incluidos los probióticos y el ácido ascórbico, para determinar su potencial sinérgico en la mitigación del estrés térmico.
5 Conclusión
El estudio destaca la importancia de mantener la temperatura ambiente dentro de la TNZ para optimizar el bienestar y el rendimiento de los pollos de engorde. Descubrió que cuando los valores de THI están dentro de la TNZ, los pollos regulan eficazmente su temperatura corporal, pero la superación conduce a una termorregulación alterada, un CT elevado y un mayor estrés por calor. Las recomendaciones prácticas para los productores incluyen complementar los alimentos con probióticos, que han sido efectivos para reducir los efectos del estrés por calor, a diferencia del ácido ascórbico, que tiene un impacto menos pronunciado durante este estudio. Por lo tanto, los productores deben integrar los probióticos en sus estrategias de alimentación, especialmente durante los meses más cálidos. Las investigaciones futuras deben tener como objetivo optimizar las dosis y combinaciones de probióticos y ácido ascórbico, explorar sus mecanismos específicos y evaluar los efectos a largo plazo sobre la salud y la productividad. En general, el mantenimiento de las temperaturas dentro de la TNZ y la implementación de estas intervenciones antiestrés pueden mejorar la resiliencia de los pollos de engorde y mejorar los resultados de producción.
Declaración de disponibilidad de datos
Los datos brutos que respaldan las conclusiones de este artículo serán puestos a disposición por los autores, sin reservas indebidas.
Declaración ética
El estudio en animales fue aprobado por el Comité de Ética Animal de la Universidad de Pretoria (REC050-20). El estudio se llevó a cabo de acuerdo con la legislación local y los requisitos institucionales.
Contribuciones de los autores
VS: Conceptualización, Curación de datos, Adquisición de fondos, Investigación, Metodología, Administración de proyectos, Recursos, Validación, Visualización, Redacción – borrador original, Redacción – revisión y edición. VN: Curación de datos, Análisis formal, Adquisición de fondos, Administración de proyectos, Recursos, Software, Supervisión, Validación, Visualización, Redacción – revisión y edición. MO: Adquisición de fondos, Administración de proyectos, Recursos, Supervisión, Validación, Visualización, Redacción – revisión y edición. JC: Conceptualización, Curación de datos, Adquisición de fondos, Investigación, Administración de proyectos, Recursos, Supervisión, Validación, Visualización, Redacción – revisión y edición.
Financiación
El (los) autor(es) declara(n) que se recibió apoyo financiero para la investigación, autoría y/o publicación de este artículo. Esta investigación fue financiada por la Beca de Investigación Doctoral de la Universidad de Pretoria y el Departamento de Anatomía y Fisiología de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Pretoria, Sudáfrica.
Conflicto de intereses
Los autores declaran que la investigación se llevó a cabo en ausencia de relaciones comerciales o financieras que pudieran interpretarse como un posible conflicto de intereses.
Nota del editor
Todas las afirmaciones expresadas en este artículo son únicamente las de los autores y no representan necesariamente las de sus organizaciones afiliadas, ni las del editor, los editores y los revisores. Cualquier producto que pueda ser evaluado en este artículo, o afirmación que pueda hacer su fabricante, no está garantizado ni respaldado por el editor.
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Palabras clave: estrés térmico, temperatura cloacal, temperatura superficial corporal, probiótico, ácido ascórbico, termorregulación
Cita: Sumanu VO, Naidoo V, Oosthuizen MC y Chamunorwa JP (2024) Evaluación de la eficacia de los probióticos y el ácido ascórbico como agentes antiestrés contra el estrés térmico en pollos de engorde. Frente. Vet. Sci. 11:1482134. doi: 10.3389/fvets.2024.1482134
Recibido: 17 de agosto de 2024; Aceptado: 04 de octubre de 2024;
Publicado: 22 de octubre de 2024.
Editado por:
Oyegunle Emmanuel Oke, Universidad Federal de Agricultura, Abeokuta, Nigeria
Revisado por:
Aisha Khatoon, Universidad de Agricultura, Faisalabad, Pakistán
Musadiq Idris, Universidad Islamia de Bahawalpur, Pakistán
Derechos de autor © 2024 Sumanu, Naidoo, Oosthuizen y Chamunorwa. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la Licencia Creative Commons Attribution License (CC BY).
*Correspondencia: Victoria Osirimade Sumanu, devicpet@gmail.com
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