Investigadores explican por qué el remdesivir no frena totalmente el coronavirus

Investigadores del Instituto Max Planck de Química Biofísica de Göttingen y de la Universidad de Würzburg (Alemania) han aclarado cómo interfiere el fármaco remdesivir con la polimerasa viral durante la copia del virus del COVID-19 y por qué no la inhibe por completo.

El remdesivir es el primer fármaco contra el Covid-19 que ha sido aprobado condicionalmente en Europa y Estados Unidos. El fármaco está diseñado para suprimir la rápida replicación del virus del SARS-CoV-2 en las células humanas mediante el bloqueo de la máquina copiadora de virus, llamada ARN polimerasa.

«Después de complicados estudios, llegamos a una simple conclusión. Remdesivir interfiere con la polimerasa mientras hace su trabajo, pero solo después de un cierto retraso. Y el medicamento no detiene completamente la enzima», explica el líder del estudio, Patrick Cramer.

Al comienzo de la pandemia, su equipo había dilucidado cómo el coronavirus duplica su genoma de ARN. Para el patógeno esto es una tarea colosal ya que su genoma comprende alrededor de 30.000 bloques de construcción de ARN, lo que lo hace particularmente largo. Para dilucidar el mecanismo de acción de remdesivir, produjeron moléculas de ARN especiales para los estudios estructurales y funcionales.

Después de que el remdesivir se incorporó al genoma viral, los investigadores examinaron los complejos de ARN poliméricos utilizando métodos bioquímicos y microscopía crioelectrónica. Descubrieron que el proceso de copia se detiene precisamente cuando se añaden tres bloques de construcción más después de que remdesivir se incorporara a la cadena de ARN.

«La polimerasa no permite la instalación de un cuarto. Esta pausa es causada por sólo dos átomos en la estructura del remdesivir que se enganchan en un sitio específico de la polimerasa. Sin embargo, el remdesivir no bloquea completamente la producción de ARN. A menudo, la polimerasa continúa su trabajo después de corregir el error», detalla otro de los investigadores, Goran Kokic, cuya investigación ha sido publicada en la revista científica ‘Nature Communications’.