Los países planifican pero no otorgan fondos para proteger la salud del cambio climático

  • Un informe de la OMS sobre Salud y Cambio Climático indica que la mitad de los países han desarrollado una estrategia o plan pero sólo un 38 % han fijado una financiación para su implementación parcial.

 

Madrid acoge esta semana la 25ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, una reunión al más alto nivel entre los diferentes estados para tratar de avanzar hacia la implementación de los acuerdos pactados y que establecen obligaciones concretas para combatir el cambio climático.

Precisamente esta circunstancia ha eclipsado las conclusiones de un reciente informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre Salud y Cambio Climático. Tras los datos aportados por 101 países de todo el mundo, esta organización ha sido consciente de la falta de actuación eficaz de los estados para proteger la salud humana de los impactos del cambio climático.

En este documento, la institución que dirige Tedros Adhanom ha subrayado cómo los países “priorizan cada vez más” esta problemática, ya que “la mitad de los países encuestados han desarrollado una estrategia o Plan Nacional de Salud y cambio climático”. Sin embargo, a la OMS le preocupa que estas acciones queden en una mera intención.

Según este informe, “solo alrededor del 38 % cuenta con financiación para implementar aunque sea de forma parcial su estrategia o plan nacional”. Y al mismo tiempo “menos del 10 % canaliza recursos para implementarlo por completo”. En este sentido, se evidencia cómo los países aprueban planes de actuación pero no avanzan hacia su ejecución a través de la dotación de fondos económicos.

El propio Tedros Adhanom, director general de la OMS, ha alertado que la emergencia en relación con el clima “no solo está acumulando una factura para que las generaciones futuras paguen, es un precio que las personas están pagando ahora con su salud”. Asimismo, ha subrayado que se trata de un “imperativo legal que los países tengan los recursos que necesitan para actuar y salvaguardar la salud ahora y en el futuro”.

 

LENTOS AVANCES

La encuesta muestra cómo un 48 % de los países han realizado una evaluación de los riesgos climáticos para la salud pública. En concreto, han identificado los peligros más comunes que puedan darse, como el estrés por calor, las lesiones o incluso la muerte por eventos climáticos extremos, los alimentos o el agua, y las enfermedades transmitidas por vectores (como el cólera, el dengue o la malaria).

Sin embargo, alrededor del 60 % de estos países aseguran que los resultados de la evaluación han tenido poca o ninguna influencia en la asignación de recursos humanos y financieros para cumplir con sus prioridades de adaptación para proteger la salud.

En este sentido, los países manifiestan sus dificultades para acceder a financiación internacional para proteger la salud de sus ciudadanos. Más del 75 % informó una falta de información sobre las oportunidades para acceder a estas ayudas, más del 60 % una falta de conexión de los actores de la salud con los procesos de financiación climática, y más del 50 % una falta de capacidad para preparar propuestas.

EL CASO DE ESPAÑA

Este lunes, la ministra de Sanidad en funciones, María Luisa Carcedo, anunció que el departamento que dirige “está a punto de terminar un Plan Nacional de Salud y Medio Ambiente”. En concreto, esta actuación “describirá los principales factores ambientales que influyen en la salud humana y establecerá los objetivos y líneas de intervención”. Por el momento, y a falta de un nuevo Ejecutivo, el plan no está determinado a ninguna financiación específica.

 

Fuente ConSalud.es