Los veterinarios y el convenio laboral

No parece que el exitoso convenio laboral para la profesión de los veterinarios que actúan en los centros sanitarios no reconocidos por el Ministerio ni por nadie en este país de forma oficial, como centros de atención primaria veterinariahaya convencido a todos.

Los años que le ha costado a la patronal veterinariaconvertirse en patronal de derecho y regentar los salones de reunión de los grandes empresarios que ganan dinero con sus mercancías y servicios parece tener lo que, en otros colectivos parecidos, un recorrido muy corto.

Los derechos de los trabajadores y trabajadorasque son empleados por la patronal quedan enfrentados ya que (parece ser por boca de la patronal veterinaria) hay una recogida de firmas para impugnar el convenio colectivo veterinario. Se ha presentado a los socios de la patronal de la única forma y manera que les duela: “Han enviado un grupo de veterinarios empresarios de Madrid, al parecer propietarios de hospitales grandes de los que castran gatos por 50€ y esterilizan perras por 105€, un audio y un documento para impugnarlo. Al parecer se han puesto en contacto con un bufete de abogados y van a presentar la impugnación.”

No podía ser de otra manera y más cuando en la patronal hay personas que ni siquiera son de la profesión dirigiendo el cotarro y, además son capaces de actuar contra los que le lleven la contraria, con los abogados de rigor convirtiendo todo esto, de nuevo en la lucha fratricida o cainitaque nos caracteriza. Quizás el desacuerdo viene de la mediocridad de las negociaciones en las que se han dejado fuera a los sindicatos puramente veterinarios, contando con sindicatos obreros de toda la vida de supuesta ideología de izquierda u otras asociaciones que no son las asociaciones de clínicos de pequeños animales, o los de ATV.

Fijar los sueldos por categorías debe haber sido un esfuerzo tremendo, pero al final hemos quedado como unos simples profesionalesde una carrera de 5 años más el máster con un sueldo un poco por encima de la digna profesión de “Higiene” sin titulación específica. Comparados con nuestros vecinos franceses, que todo esto de las categorías y convenios lo tienen resuelto hace lustros, no nos queda otra más que suspirar y desear el reconocimiento de una vez por todas.

Pero que va, la Universidad Católica de Murciaviene a “joder la marrana” y quiere una nueva Facultad de Veterinaria en la Comunidad autónoma. ¡¡Será por falta veterinarios o exceso de guarros, digo yo?!!!

Veremos.  Espero que nadie utilice mi opinión para denunciarme.

Rafael A. Luna Murillo, veterinario