Prescrivet, Presvet y un tonto a las tres

Ya llegó lo anunciado por los decretos y las leyes de prescripción y dispensación de medicamentos veterinarios. El 2 de enero, después del jolgorio de las campanadas de fin de año y las risas de felicitación por comenzar un nuevo año, que tiene una rima complicada, las uvas se nos atragantan tras la ingestión y pesada digestión de lo que se nos viene encima.

Digo yo que todo esto que se ha creado para guardar la “salus populi” de la administración inadecuada de medicamentos y antimicrobianos, como profesión sanitaria que somos, también es de obligado cumplimiento para esas otras profesiones sanitarias exentas de IVA, como los médicos, dentistas y farmacéuticos. Esas recetas homologadas y sellos homologados de veterinarios colegiados no las he visto aparecer cuando he ido a un centro privado de medicina humana y me han recetado. Y en la pública basta un simple telefonazo para que te lo prescriban diligentemente y lo tengas en una tarjeta electrónica.

Ya han surgido voces contrarias a lo que se nos avecina, compañeros y compañeras de profesión que no se han enterado un pijo del follón que han intentado explicar los generadores de las aplicaciones que, para más inri, serán de pago. Otros, más osados, echan las culpas a quienes han dirigido durante años la Organización Colegial Veterinaria y a las Juntas Colegiales y Consejos Autonómicos, más entretenidos en dar premios a dirigentes políticos que en haber puesto pie en pared y exigir a las administraciones públicas las reivindicaciones de la profesión en estas materias.

En cuanto a Andalucía, aquí la cuestión se llama Recevet, que lleva mucho tiempo, desde 2018, haciendo los deberes, tal y como dijo el presidente eterno del Consejo Andaluz de Colegios Veterinarios. De tal forma que han integrado en la misma plataforma la receta electrónica, el control de los medicamentos del botiquín veterinario y la comunicación de los antimicrobianos y antibióticos. Sin embargo, no ha estado muy acertado el señor presidente, cuando en un seminario sobre cómo se iba a integrar el Presvet en el Recevet, opinó de forma poco respetuosa sobre algunos compañeros y compañeras que hacían preguntas, faltando así al Código Deontológico Profesional Veterinario en su Art. 24.3: “Los veterinarios deberán tratarse entre sí con la debida deferencia y respeto, lealtad e integridad, sea cual fuere la relación jerárquica y laboral que exista entre ellos”.

“Alea jacta est”. La plataforma creada por la Asociación Empresarial Veterinaria Española (AEVE) apoya la iniciativa creada por Veterinarios Unidos (vetsunidos.es) contra la nueva normativa que regula el uso de antibióticos en veterinaria, conocida como sistema Presvet, con una recogida de firmas. Opinan que esta normativa restringe el criterio clínico profesional, provoca riesgos para la vida animal, hay un exceso de burocracia y sanciones injustas, los costes son elevados y falta flexibilidad, y puede provocar automedicación y resistencias microbianas.

El problema es que esto se tenía que haber hecho mucho antes; ahora poco se puede hacer porque la ley ya está en funcionamiento.

Rafael A. Luna Murillo, veterinario col.994

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