Presidente de la OCV sobre sus manifestaciones al anteproyecto de Ley de protección animal

El ICOV ha tenido la idea de convocarnos a los colegiados a una sesión informativa para presentar alegaciones a la futura nueva ley de protección de animales del Estado español. Esto puede parecer bueno, si no fuera porque es una estrategia venida de la OCV la cual se ha reunido con los grupos lobísticos españoles que dicen que esta Ley les va a perjudicar. De 100 plazas convocadas solo han asistido 24, lo que da una idea del interés suscitado. Aunque da igual porque al final serán elevadas las alegaciones que la Junta Directiva elija que serán en consonancia con las de la OCV.

Como digo, los grupos con los que se ha reunido la OCV para hacer un frente común contra la Ley son cazadores, rehaleros, forestales, criadores de perros, representantes de circos y zoos y los representantes de las tiendas donde se venden animalespara buscar, según ellos, argumentos rigurosos, científicos, jurídicos y técnicos para trasladar sus preocupaciones tanto a las Cortes como a la sociedad en general.

El anteproyecto de Ley fue presentado por el director de la Dirección General de derechos animales al equipo directivo veterinario de la Red Española de Identificación de Animales de Compañía (REIAC), entre los que figura el presidente del Consejo Andaluz de Colegios Veterinarios, el representante autonómico de Asturias, la presidenta del Consejo Valenciano de Colegios Veterinarios y el representante autonómico de Navarra. Todos forman parte de la Asamblea General de la OCV que habrán trasladado sus impresiones al presidente de la OCV.

También se ha reunido con la Asociación Madrileña de veterinarios de animales de compañía (AMVAC), que también estuvo representada en la reunión con los lobistas. Pero que el presidente de la OCV no los tenga en cuenta, puesto que no son la representación oficial de todos los veterinarios, es lamentable ya que en dicha asociación y, en otras, hay verdaderos especialistas en la materia que se trata en la Ley. No es el hecho de pertenecer a una junta directiva lo que te hace ser especialista o tener el argumento que se solicita, lo que parece perseguir la OCV. Tener razón sólo por ser miembro de estas es inasumible para todo el colectivo veterinario.

Si el presidente de la OCV se ha querido reunir o no con el Director General de Derechos animales lo desconozco, pero sabemos que ha leído el anteproyecto y que, en nombre de todos los veterinarios sin importarle su opinión, ha expresado su malestar en distintos medios, no así en la página oficial de la OCV. De esta forma aparecen manifestaciones suyas como “a los veterinarios no nos gusta”, “el derecho de los animales a reproducirse para perpetuar la especie” o “prohibición de amputar la cola a un animal para evitar un problema de columna”. Cuando estas manifestaciones son leídas no tengo más que sentir bochorno de que esta persona pueda representarme.

Si el presidente de la OCV dice representar al colectivo debería saber que hay muchos veterinarios que sienten verdadera aversión por la tauromaquia o por la caza, incluso hay una Asociación nacional, con más de 500 veterinarios, abolicionistas de la tauromaquia y del maltrato animal funcionando desde hace más de 15 años. También he de recordarle los cientos de compañeros y compañeras que realizan su trabajo en las protectoras, centros de acogida y santuarios a lo que esta Ley también pondrá exigencias.

Somos un colectivo de veterinarios con distintas inquietudes, profesionales y personales. Usted mismo se dedica a la pintura y ya nos ha enseñado alguno de sus trabajos, debe ser porque su posición como presidente se lo ha permitido. Por eso tenemos un Código Deontológico y unos Estatutos en los que en ningún sitio de los mismos se dice que se tenga que promover la caza o la tauromaquia en el seno de su institución. Pero si dice que somos los garantes de la salud, la dignidad y el bienestar animal. Y nuestro horizonte es el One Health y el One Welfare.

Luego, sus palabras son tenidas en cuenta por estos colectivos, como si fuera palabra de dios o algo parecido y utilizadas por estos mismos para ridiculizar la gran labor de las asociaciones de protección animal, las cuales han sido capaces, por ellas mismas, de establecer un método para el control ético de las colonias felinas. Aunque la Fundación privada de promoción de la caza, Artemisan, en la que sólo un veterinario trabaja y a la que parece darle todo el crédito, diga que las colonias felinas hay que erradicarlas. Menos mal que los Colegios profesionales veterinarios ayudan a su implantación siguiendo la legalidad vigente que hace responsables a los Ayuntamientos de su control y cuidado.

Sin embargo parece desconocer los estudios sobre abandono y adopción de la Fundación Affinity donde trabajan muchos más veterinarios que en la anterior, para dar a la Ley que se cuestiona el rigor científico de alto nivel que no parece exigirle a los vendedores de animales, circos, cazadores, etc.

O como las aparecidas en la revista “jara y sedal”, donde ponen en su boca que “la esterilización obligatoria al estar gravada con el 21% de IVA habrá gente que ni la pueda pagar”. Usted también tiene una clínica veterinaria de animales de compañía y sabe que los precios por los servicios veterinarios son libres. Es cuestión de negociar los precios con los propietarios como se hace con cualquier otro servicio veterinario como las vacunas a colectivos de cazadores, igualas y planes de salud en los que los establecimientos veterinarios buscan una mejor rentabilidad a sus negocios y un buen servicio a su clientela.

El maltrato animal y a las personas está relacionado. La violencia de género solo se discute en los foros de ultraderecha más reaccionarios. Los animales son víctimas de violencia vicaria, lo estamos viendo desde hace tiempo y esta violencia puede y debe ser reconocida por el colectivo veterinario para ayudar a su prevención y tratamiento. Cada vez más grupos multidisciplinarios con profesionales de la veterinaria, la psicología, la medicina, la educación, la abogacía y los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado están uniendo sus conocimientos para llevar ante la Justicia a los maltratadores, asesinos y criminales que utilizan animales para cometer sus delitos. Una Ley que refuerce todo esto es una buena Ley, porque estaremos protegiendo a los más vulnerables y estaremos contribuyendo al desarrollo de una sociedad más empática. No estaremos poniendo las tradiciones, los usos y costumbres, por encima del sufrimiento de un ser vivo. Tendremos no sólo la autoridad moral sino, también, la legal para combatirlo.

Le pido encarecidamente que deje de ayudar a los colectivos que no son el suyo y dedique sus esfuerzos a garantizar la mejor formación, los mejores seguros y la lucha contra el intrusismo, o el fraude entre los colegiados que sustentan las Instituciones colegiales. Y, por supuesto, difundir en todos los formatos posibles de publicidad lo que hacemos los veterinarios ante la sociedad. Para esto se le ha elegido y en eso se basan los Estatutos de la OCV. Estos son los argumentos rigurosos científicos, jurídicos y técnicos que debe atender en la veterinaria del s.XXI.

 Rafael A. Luna Murillo, veterinario

Colegiado nº140994 (Córdoba)

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