Sin abuso no hay autoridad en el fútbol femenino

Esta máxima se aplicó en la época histórica española del absolutismo, cuyo máximo representante fue el rey Fernando VII llamado el rey deseado y el rey felón al mismo tiempo. Un abuso consiste en hacer uso de un recurso o tratar a una persona de manera impropia, incorrecta, improcedente, ilícita o ilegal.

Un abuso de autoridad tiene lugar cuando un dirigente o un superior se aprovecha de su cargo y de sus atribuciones frente a alguien que está ubicado en una situación de dependencia o subordinación.

Pero vayamos a los hechos. Todo el mundo ha visto lo sucedido en el mundial de fútbol femenino, donde la selección española de fútbol femenino ha conseguido un hito histórico en 5 años, lo que no consiguió la masculina mucho mejor dotada de recursos y seguidores.

Hay un señor que representa a todo el fútbol de la nación española que no se le ha ocurrido otra que ejercer en público lo que venía haciendo en privado durante años, en connivencia con aquellos a los que su cargo y el dinero que le sustenta tenía abducidos. Todos ellos, hasta la prensa deportiva han dicho que era el mejor gestor que ha pasado por la RFEF. Antes ya tuvo un aviso de 15 jugadoras de esa selección que se quedaron fuera por denunciar prácticas abusivas a las que nadie hizo el caso que debiera, pero son mujeres y las tildaron de niñatas.

Esto no ocurre en el sector masculino donde si impera más el odio por ser de distinto color de piel o proclamarse homosexual en un entorno donde esto no se permite, ya bien sea por la moral de caverna o por sentirse humillado en los vestuarios no sea que en las duchas se caiga el jabón al suelo y….

En el mundo femenino, mucho más abierto, homosexuales y personas de distinto color entienden que esto no es un problema para hacer lo que más les apasiona: jugar al fútbol o a otro deporte. Ese es el camino que estas jugadoras, campeonas del mundo, han abierto; un camino que las hace poderosas y, por ello, el mundo masculino del fútbol las teme porque es un mundo cargado de machirulos, casposos y ultras de derechas de los que todos conocemos ejemplos en las redes sociales, televisión o prensa.

Por eso hay que proteger, con la Ley en la mano, de esos tipos, por eso debe existir un Ministerio de igualdad.

Todavía quedan machirulos al frente de universidades, empresas, investigación, caza, tauromaquia, cuando la tendencia en estos es que las mujeres son, como mínimo, igualmente capaces de realizar, si quieren, puestos de responsabilidad. Si soy sincero mejor que en la caza y la tauromaquia no lo hagan porque siempre perderán en unas costumbres tradicionales muy politizadas a la ultraderecha que las hacen insoportables.

Y luego está la conferencia episcopal española donde hay sujetos que son verdaderos terroristas de la Constitución Española, pero se les deja decir y hacer lo que se les antoja sin consecuencias.

¡¡Por una España Diversa, democrática, amable con los diferentes y libre de caspa y abusos!!

Rafael A. Luna, veterinario colegiado 994

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