¿Son los superantibióticos la solución a los problemas del futuro?
El próximo 28 de septiembre se cumplirán 90 años de uno de los más importantes descubrimientos para la ciencia y el bienestar de la humanidad. Fleming descubría el primer antibiótico, la penicilina, y a partir de entonces nada fue igual en lo relativo a la curación de enfermedades.
Desde entonces se han descubierto cientos de antibióticos, se han salvado millones de vidas y desgraciadamente, casi hemos convertido el mejor arma terapéutica que la humanidad ha tenido en toda su larga historia, en una especie de emplasto poroso. Hemos pasado del “bálsamo de Fierabrás” al agua del Carmen.
El uso inadecuado, excesivo, en dosis menores de las necesarias, durante menos tiempo del correcto, la exageración y la falta de conocimientos sobre el valor y eficacia de los antibióticos ha hecho que el número de bacterias resistentes a los mismo haya crecido exponencialmente, por otro lado la forma lógica de crecimiento bacteriano, por lo que los científicos se afanan en buscar nuevos “superantibióticos” que nos ayuden en un futuro a combatir las infecciones bacterianas con las que nos veremos obligados a convivir.
