Porque muchas empresas piensan en el autónomo como una forma de ahorrar costes laborales. Pero claro no tienen en cuenta que no van a estar ahí, esperando que el jefe vuelva de comer y se encierre en su despacho, esperando en su escritorio de trabajo por si necesita algo. Estará trabajando en su oficina, y si quieren hacerle algunas consulta fuera de horas es muy posible que ni siquiera coja el teléfono. Especialmente cuando lo que piden son cuestiones que no son urgentes.

Esto en la teoría, pero la realidad es que muchos autónomos no les queda más remedio que plegarse a los deseos de sus clientes, especialmente si suponen una buena parte de su facturación. Un ejemplo, ¿Puede un rider de Deliveroo trabajar también para Glovo o Uber Eats? En principio no hay nada que lo impida, en la práctica es un modelo inviable si no se quieren perder pedidos.

Lo mismo podremos decir de la posibilidad de introducir modificaciones sobre le presupuesto acordado, tiempos, etc. Hay un acuerdo entre las dos partes, aunque siempre tiene más fuerza el que paga, y no tanto el que todavía no ha cobrado.

Por eso creo que este modelo de flexibilidad que demanda más autónomos en realidad lo que hace en muchos casos es añadir más empleo precario. Sobre todo si la cantidad que se abona incluso sale más a cuenta que lo que supone el coste por hora de un empleado contratado. El peligro es no encontrar autónomos en picos de alta demanda de trabajo, pero hoy por hoy eso parece muy complicado de que ocurra.