El residente de Medicina Interna en AniCura Ars Veterinaria Hospital Veterinari, Jordi Clanxet Ballesteros, ha alertado de que las urgencias más habituales en mascotas durante las fiestas navideñas son los cuerpos extraños ingeridos -como juguetes o huesos de comidas- y las intoxicaciones alimentarias por productos como chocolate, pasas o uvas, así como digestiones pesadas por alimentos fuera de la dieta habitual.

En declaraciones TV, Clanxet ha explicado que las urgencias más importantes son las relacionadas con cuerpos extraños. «Normalmente suelen ser juguetes o a veces incluso huesos de las típicas comidas de Navidad o de las cenas», ha añadido. En estos casos, realizan pruebas de imagen y, en ocasiones, extraen los objetos mediante endoscopia digestiva.

En cuanto a las intoxicaciones alimentarias, el veterinario ha explicado que en su centro se atienden urgencias por productos tóxicos como «chocolate, pasas o uvas, que suelen ser los más típicos», o simplemente por ingerir «algo fuera de la dieta habitual, que les siente mal a nivel digestivo». Clanxet ha precisado que la ingesta puede ser involuntaria -por restos en la basura- o voluntaria, cuando familiares ajenos a la rutina «le dan de comer algo al perro y simplemente no están habituados».

Aunque es menos frecuente en estas fechas, Clanxet ha asegurado que Navidad y en Fin de Año aumentan los casos de miedo y ansiedad por petardos. «Esto sí que a veces puede detonar una reacción en el animal, sobre todo de miedo o de ansiedad, y en algunas ocasiones puede ser muy desagradable», ha advertido el veterinario. Para evitarlo, recomienda manejo ambiental: «Generarle al animal un ambiente en el cual se sienta cómodo, normalmente dentro de casa, por ejemplo, facilitando una habitación con una luz tenue, tratando de poner por ejemplo mantas o algo que se permita que el sonido quede un poco más acolchado». En casos necesarios, prescriben fármacos ansiolíticos.

Jordi Clanxet ha recordado que algunos perros son sociales, pero otros -y especialmente los gatos- sufren estrés por cambios ambientales, por lo que «lo mejor siempre es tratar de respetar en todo momento las señales que nos da tanto el perro como el gato».