Actualización del diagnóstico de peritonitis infecciosa felina

La infección por el coronavirus felino (FCoV) es muy común en los gatos y generalmente solo causa leves signos intestinales como diarrea. Sin embargo, hasta un 10% de las infecciones por FCoV acaban ocasionando una peritonitis infecciosa (PIF).

El coronavirus felino es un virus de ARN que experimenta una alta tasa de mutación durante la replicación, lo que resulta en grupos de especies genéticamente diversas, o también conocidas como cuasiespecies. Esta capacidad de diversidad genética, junto con la posibilidad de recombinarse con otras cepas de coronavirus, es la base de su patogenicidad y la transmisión de especies cruzadas. Hay dos serotipos reconocidos: Tipo 1, que representa la mayoría de las cepas de campo en gatos infectados naturalmente, y Tipo 2, que resultó de la recombinación entre Tipo 1 FCoV y CCoV (coronavirus canino). Es a través de las diferencias genéticas y serológicas en su gen y proteína transmembrana spike (S) que crea este factor diferenciador. Se ha descubierto que la proteína S es parte del virus que se une al receptor del huésped, lo que facilita la entrada de la célula huésped.

Hay tres factores principales que contribuyen al desarrollo de PIF: 1) factores virales (mutaciones), 2) factores del huésped (respuesta inmune del huésped,la raza y genética) y 3) factores ambientales (niveles de estrés y hacinamiento).

Obtener un diagnóstico definitivo de PIF basado en enfoques no invasivos es difícil. La confirmación de la enfermedad se basa en encontrar cambios citológicos o histopatológicos apropiados en asociación con la inmunotinción positiva para el antígeno FCoV. En los casos de PIF con derrames, la citología y la inmunotinción en muestras de efusión pueden ser relativamente fáciles de realizar; de lo contrario, obtener muestras de diagnóstico es más complicado y es necesaria la recolección de biopsias de tejidos con lesiones macroscópicas. En ausencia de un diagnóstico definitivo, se puede obtener un alto índice de sospecha de PIF a partir de la sintomatología e historial del gato, combinado con los hallazgos en el examen clínico y los resultados de las pruebas de laboratorio. Si es todos ellos parecen un PIF, estos pueden usarse como base para la discusión con el propietario sobre si se justifican pruebas de diagnóstico adicionales, más invasivas. En algunos casos, puede ser que la eutanasia se discuta como una alternativa a la búsqueda de un diagnóstico definitivo ante-mortem, especialmente si existen limitaciones financieras o si existen dudas sobre la capacidad de un gato para tolerar procedimientos de diagnóstico invasivos. Idealmente, el diagnóstico debe confirmarse en tales pacientes a partir de muestras tomadas en el examen post mortem.

Séverine Tasker