Control de Coxiella burnetii en ovejas, cabras y vacas infectadas de forma natural

Control de Coxiella burnetii en ovejas, cabras y vacas infectadas de forma natural, e implicaciones para la salud pública: una revisión exploratoria

Control de Coxiella burnetii en ovejas, cabras y vacas infectadas de forma natural, e implicaciones para la salud pública: una revisión exploratoria

Raquel Toledo-Perona1,2 Antonio Contreras3* Jesús Gomis1,2 Juan José Quereda2,4 Ana García-Galán3 Antonio Sánchez3 Ángel Gómez-Martín1,2
  • 1Agentes Microbiológicos Asociados a la Reproducción Animal (ProVaginBio), Universidad CEU Cardenal Herrera, Valencia, España
  • 2Departamento de Producción y Sanidad Animal, Salud Pública Veterinaria y Ciencia y Tecnología de los Alimentos. Universidad Cardenal Herrera-CEU, Universidades CEU, Valencia, España
  • 3Departamento de Sanidad Animal, Universidad de Murcia, Murcia, España
  • 4Grupo de Investigación Patógenos Intracelulares: Biología e Infección, Universidad CEU Cardenal Herrera, Valencia, España

La fiebre Q es una enfermedad zoonótica mundial en la que los rumiantes domésticos son la principal fuente de infección para los humanos. Esta revisión exploratoria resume las medidas de control actualmente disponibles para reducir la infección por Coxiella burnetii (Cb) en rebaños ovinos, caprinos y bovinos infectados de forma natural. Un total de 28 artículos fueron incluidos en la revisión. Se observó una falta de estandarización metodológica en los artículos analizados. Los resultados indicaron que la vacunación a largo plazo en vacas reduce la excreción bacteriana en la leche y la contaminación ambiental. En pequeños rumiantes, los resultados de la vacunación en términos de eficacia son variables. En las cabras, hay una reducción en la excreción bacteriana, a diferencia de las ovejas, donde es necesario un programa de vacunación a largo plazo para reducir la excreción bacteriana. Además, la alta persistencia de Cb viable en el medio ambiente significa que se necesitan medidas de control para las ovejas durante varios años. No se encontró que el uso de antibióticos como medida de control en vacas y ovejas redujera la excreción. Sin embargo, la combinación de la vacunación con la terapia antibiótica parece tener efectos positivos en los pequeños rumiantes en términos de control de los brotes de fiebre Q. Las medidas de higiene y bioseguridad son los medios básicos para controlar la infección por Cb en las granjas de rumiantes y garantizar la salud pública.

1 Introducción

La fiebre Q es una enfermedad zoonótica altamente contagiosa causada por Coxiella burnetii (Cb). Es endémica en todo el mundo, excepto en Nueva Zelanda (1), donde solo se ha notificado un caso humano importado (2). La notificación de los casos de fiebre Q humana es obligatoria en 27 países europeos y voluntaria en Francia y el Reino Unido (3). Tras un gran brote en 2007 en los Países Bajos (4), la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) publicó un dictamen científico sobre la fiebre Q a petición de la Comisión Europea, en el que se resumían las diferentes opciones de medidas de control en las poblaciones de rumiantes domésticos (5). Se reconoce que los pequeños rumiantes y el ganado vacuno son las principales fuentes de infección humana (6-8). En condiciones naturales, la transmisión de persona a persona es poco común. Como enfermedad profesional, la fiebre Q afecta principalmente a las personas en contacto con rumiantes, como ganaderos, personal de mataderos, veterinarios y estudiantes de veterinaria (9, 10). Los principales síntomas agudos en los seres humanos suelen ser los de una enfermedad autolimitada, similar a la gripe. Las complicaciones clínicas como neumonía, hepatitis, endocarditis, encefalitis, síndrome de fatiga post-fiebre Q, abortos o parto prematuro pueden ocurrir en una forma crónica de fiebre Q (5, 11). La enfermedad tiene un grave impacto en los rebaños de rumiantes debido a las pérdidas económicas experimentadas debido al aborto y la pérdida de producción de leche (12). En vacas lecheras se ha descrito metritis, infertilidad y mastitis, a diferencia de los pequeños rumiantes, donde el aborto es el principal signo clínico. En general, la seroprevalencia aumenta con la edad, y las mujeres con infección por Cb adquirida de forma natural pueden no mostrar signos clínicos (5). Sin embargo, las cabras pueden permanecer crónicamente infectadas y experimentar un fallo reproductivo y excretar Cb en dos partos sucesivos después de una infección por fiebre Q (13).

La implementación de medidas preventivas y de control contra Cb en granjas de rumiantes es clave. Actualmente solo hay una vacuna inactivada de fase I autorizada para pequeños rumiantes y bovinos. Una revisión sistemática y un metaanálisis de las vacunas contra la fiebre Q para pequeños rumiantes mostraron que la vacuna era más eficaz para prevenir la excreción de Cb en cabras que en ovejas (14). La vacunación se utiliza para disminuir las tasas de aborto y la diseminación bacteriana al medio ambiente (9). La terapia antibiótica se ha utilizado durante el último embarazo para controlar los brotes clínicos y reducir la excreción y el aborto (15). Además, las medidas de bioseguridad son esenciales para controlar la fiebre Q y evitar su propagación a otros rebaños o humanos (5, 16-18). Debido a la importancia de la fiebre Q para la salud pública y animal, nuestro objetivo principal fue evaluar la efectividad de las medidas de control actuales contra la Cb en rebaños de cabras, ovejas o bovinos infectados de forma natural, mediante una revisión exploratoria de la literatura científica. Nuestro segundo objetivo fue evaluar el tipo de muestras y técnicas diagnósticas utilizadas en rebaños infectados de forma natural en los que se habían implementado medidas de control frente a la fiebre Q. En tercer lugar, nuestro objetivo era identificar las lagunas de información que debían llenarse para futuros estudios de control y prevención de la fiebre Q en rebaños de rumiantes domésticos.

2 Material y métodos
2.1 Protocolo de revisión, equipo y experiencia

Nuestro equipo de investigación desarrolló a priori un protocolo de revisión exploratoria, que se probó previamente antes de su implementación para garantizar la reproducibilidad, transparencia y consistencia de los artículos revisados. El equipo de revisión incluyó a personas con experiencia multidisciplinaria en epidemiología, salud pública, microbiología, enfermedades de rumiantes, reproducción animal y síntesis de conocimientos.

2.2 Pregunta de investigación

Esta revisión se guió por la pregunta: «¿Qué medidas de control de la fiebre Q se adoptan en los rebaños de rumiantes domésticos infectados de forma natural?» Para este estudio, una revisión exploratoria se define como un tipo de síntesis de investigación que tiene como objetivo mapear la literatura sobre un tema o área de investigación en particular. Brinda la oportunidad de identificar conceptos clave, lagunas en la investigación y tipos y fuentes de evidencia para informar la práctica, la formulación de políticas y la investigación (19).

2.3 Fuentes de datos, estrategia de búsqueda y gestión de citas

El objetivo de nuestra estrategia de búsqueda fue identificar los estudios publicados hasta el 17 de noviembre de 2021 relacionados con las medidas de control de la infección por Cb en rebaños de rumiantes infectados de forma natural, siguiendo la declaración de Preferred Reporting Items for Systematic reviews and Meta-Analyses for Scoping Reviews (PRISMA-ScR) (20) y las recomendaciones específicas para su aplicación en medicina veterinaria (21).

Nuestra investigación se llevó a cabo en tres bases de datos electrónicas: PubMed, Scopus y todas las bases de datos de la Web of Science (Web of Science Core Collection; Conexión de contenidos actuales; Índice de Innovaciones de Derwent; KCI-Korean Journal Database; MEDLINE Russian Science Citation Index y SciELO Citation Index). La estrategia de búsqueda completa se adaptó a la sintaxis de las bases de datos a partir de la siguiente estructura conceptual: («Coxiella burnetii» O «fiebre Q») AND (rumiante O cabra O caprina OR oveja O ovino o vaca O bovino o bovino) AND (prevenir O profila O vaccin O excretar O controlar O estrategia O manejar O brote) (Apéndice 1). Las bases de datos seleccionadas debían ser exhaustivas y abarcar una amplia gama de disciplinas. No se aplicaron restricciones en cuanto a la fecha de publicación de los estudios ni al mapeo de la literatura. Esta fase preliminar fue llevada a cabo por tres revisores (RT-P, AG-G y AC). Todos los registros recuperados de las bases de datos se almacenaron utilizando el gestor bibliográfico basado en la web EndNote™ (Thomson Reuters, Filadelfia, PA, EE.UU.).®®®**********

2.4 Criterios de admisibilidad, inclusión y exclusión

Se elaboraron y aplicaron criterios de elegibilidad que definían los artículos que debían incluirse o excluirse. Los criterios de inclusión se aplicaron a las publicaciones identificadas como relevantes a partir de RS-1. En nuestro estudio, se consideraron medidas de control como cualquier intervención realizada para reducir el impacto de la coxiellosis en la reducción de la propagación de Cb dentro y entre rebaños y el riesgo de transmisión de rumiantes a humanos en rebaños naturalmente infectados con Cb. Se consideró cualquier práctica dirigida a controlar o prevenir enfermedades en caprinos, ovinos y bovinos, incluyendo, pero sin limitarse a, vacunas, terapia antibiótica, medidas de bioseguridad, participación en programas de control de enfermedades y su combinación. En consecuencia, solo se seleccionaron estudios observacionales longitudinales. Los estudios incluidos debían informar el tipo de muestras y las técnicas diagnósticas utilizadas. No se aplicaron restricciones geográficas. El título y el resumen de los estudios incluidos debían estar en inglés, independientemente del idioma del resto del artículo. Las revisiones sobre la fiebre Q en rumiantes fueron consideradas como una fuente adicional de artículos que pueden no haber sido detectados a través de las bases de datos utilizadas. La literatura gris no fue procesada. Otros criterios de exclusión considerados fueron los artículos en los que la medida de control se estudió en otras especies animales diferentes de ovejas, cabras y vacas o se basaron únicamente en casos de fiebre Q humana.

2.5 Revisión de la pertinencia del título, el resumen y la caracterización de los datos

Las citas se analizaron en tres etapas, dependiendo del título y el resumen, para su posterior relevancia, selección y caracterización de los datos de los artículos completos. En una primera criba (RS-1) se comprobaron los títulos y resúmenes (cuando estaban disponibles) para identificar los estudios que cumplían los criterios de inclusión. Dos revisores no ciegos (RT-P y AC) verificaron de forma independiente los resúmenes (RS-1) y los estudios completos (RS-2). Después de la fase RS-1, se revisó completamente el conjunto completo de estudios seleccionados (RS-2) para su inclusión definitiva. Los revisores se reunieron durante todo el proceso de selección para resolver conflictos y discutir cualquier incertidumbre relacionada con la selección de los estudios (22). Cuando los dos revisores no estuvieron de acuerdo, se celebró una nueva reunión para llegar a un consenso sobre la inclusión o exclusión definitiva de cada estudio.

2.6 Extracción y síntesis de datos

Para cada artículo elegible, los datos fueron extraídos y resumidos en un archivo de Excel. Los datos extraídos y las principales conclusiones sobre la efectividad de las medidas de control aplicadas en cada estudio aparecen en el Apéndice 2.

3 Resultados
3.1 Búsqueda y selección de estudios

Un total de 3.640 publicaciones fueron identificadas a través de esta revisión exhaustiva de la literatura. Después de eliminar los duplicados utilizando el software de gestión de referencias (EndNote™) y manualmente, quedaron un total de 1.950 estudios en relación con RS-1. Los manuscritos en formato pdf se obtuvieron a través de Web of Science (WOS) y Endnote, y los artículos no disponibles se solicitaron a través del servicio de préstamo interbibliotecario de la Universidad de Murcia. Un total de 100 estudios cumplieron con los criterios de inclusión y fueron revisados en texto completo (RS-2). Un total de 28 artículos fueron finalmente incluidos en nuestra revisión exploratoria (Figura 1).

www.frontiersin.orgFigura 1. Gráfico PRISMA de los resultados de búsqueda de artículos por el proceso de revisión de alcance.

3.2 Descripción cuantitativa

Los 28 estudios citados correspondían a estudios realizados en 10 países diferentes (Figura 2): nueve eran de España (32%) y siete de Francia (25%). Veinticinco de los estudios citados (89%) eran de Europa. El único país fuera de Europa con estudios de publicación fue Estados Unidos, con tres estudios (11%). Los estudios citados fueron publicados entre 1951 y 2021 (Figura 3), y el período comprendido entre 2009 y 2015 incluyó la mayoría (19; 67%) de los estudios seleccionados. Los años con más artículos publicados fueron 2011 y 2014, respectivamente (8; 29%). Todos los estudios citados se publicaron en inglés, excepto uno, que se publicó en alemán.

www.frontiersin.orgFigura 2. Países y número de artículos en los que se han realizado los estudios seleccionados sobre el control de la fiebre Q en rumiantes infectados de forma natural.

www.frontiersin.orgFigura 3. Años de publicación de estudios seleccionados sobre el control de la fiebre Q en rumiantes infectados de forma natural.

3.3 Descripción de los estudios

En cuanto a las especies de rumiantes implicadas, un total de 12 referencias correspondieron a vacas (43%), ocho a ovejas (29%), seis a cabras (21%) y dos a ovinos y caprinos (7%). Solo 18 de los estudios (64%) identificaron la raza de la especie de rumiante. En el caso de los estudios que incluían la aptitud racial de los animales, un estudio se realizó en una raza caprina de carne (4%) y 21 en rebaños lecheros (75%). Solo 15 de los estudios (54%) describieron el sistema de gestión. De estos, todas las referencias bovinas que describieron el sistema de producción fueron de manejo intensivo, y todos los rebaños de pequeños rumiantes se encontraban en un sistema combinado interior/exterior (Tabla 1).

www.frontiersin.orgTabla 1. Descripción de la población de estudio de los estudios incluidos.

En cuanto a los tipos de muestras utilizadas para los diferentes estudios, se procesaron hasta 16 tipos de muestras diferentes. Sólo tres estudios (11%) utilizaron un tipo de muestra (muestras de sangre o de leche en tanques a granel). Las muestras de sangre fueron las más utilizadas (20; 71%), seguidas de la leche y los hisopos vaginales. Las combinaciones más frecuentes fueron muestras de sangre, leche e hisopos vaginales (11; 39%) o hisopos sanguíneos y vaginales (10; 36%). Un estudio procesó una combinación de ocho tipos de muestras diferentes (Tabla 2). De acuerdo con el método diagnóstico utilizado para el seguimiento de la infección por Cb, se utilizaron nueve métodos diferentes. Las pruebas más utilizadas fueron ELISA y PCR, que se utilizaron en 23 estudios (82%), una combinación de ELISA y PCR utilizada en 14 artículos (50%). En seis estudios (21%) solo se utilizó una técnica diagnóstica (Tabla 2). Todas las publicaciones bovinas (n = 12) reportaron infecciones crónicas. En pequeños rumiantes, siete y nueve artículos se centraron en un brote y situaciones crónicas, respectivamente.

www.frontiersin.orgTabla 2. Tipo de muestra y técnica diagnóstica utilizada en los estudios citados.

3.4 Vacunación

En relación con el tipo de medida de control, la vacunación y la terapia antibiótica fueron las medidas de control más comunes estudiadas y se utilizaron en 24 y 8 estudios, respectivamente. La mayoría de los estudios solo se centraron en el efecto de la vacunación (16; 57%), seguida de una combinación de vacunación y terapia antibiótica (5; 18%) o solo terapia antibiótica (2; 7%). En la Tabla 3 se describe, para cada especie, la relación entre las medidas de control implementadas y su efecto obtenido en función del tipo de infección.

www.frontiersin.orgTabla 3. Medidas de control implementadas en los artículos estudiados.

Un total de 24 publicaciones citadas utilizaron la vacuna como medida de control frente a Cb (13 en pequeños rumiantes y 11 en vacas). De ellas, 19 publicaciones (12 sobre pequeños rumiantes y 7 sobre vacas) utilizaron una vacuna inactivada en fase I (Coxevac; CEVA Santé Animal, Francia). Un total de cinco artículos no especificaron la vacuna utilizada, de los cuales cuatro fueron en vacas y uno en pequeños rumiantes (Apéndice 2). Cinco de los ocho estudios ovinos no especificaron el volumen inoculado, mientras que tres indicaron que la dosis administrada fue de 1 mL, mientras que el fabricante recomienda 2 mL.

Estudios previos sobre la dinámica de la excreción de Cb en la leche han descrito los efectos positivos de la vacunación en rebaños bovinos infectados crónicamente durante el primer año (40, 44), así como en la reducción de la eliminación de Cb a través de vías como el calostro o la placenta (45). En un estudio de 2 años, se demostró una reducción progresiva de la excreción de Cb a través de la leche y los fluidos vaginales en vacas después de la vacunación. Sin embargo, las muestras de estiércol permanecieron positivas durante al menos 18 meses (46). A pesar de estos resultados, indicó que la vacunación en vacas lactantes infectadas naturalmente no previno la excreción de Cb en la leche o la placenta 50 días después de la vacunación (39).

El efecto de la vacunación en vacas infectadas naturalmente se investigó en tres de los estudios incluidos. Se observó una probabilidad cinco veces menor de convertirse en excretor en vacas vacunadas no preñadas en comparación con el grupo placebo, sin embargo, las preñadas presentaron una probabilidad similar de convertirse en animales excretores en comparación con las que recibieron el placebo (43). Los primeros estudios sobre la excreción bacteriana en vacas describieron una falla en la reducción de la excreción bacteriana en vacas preñadas avanzadas vacunadas durante el primer año de vacunación. En cambio, los autores mostraron un efecto positivo con una disminución menor de los anticuerpos 3 meses después del parto y una mejor transferencia de inmunidad del calostro al parto (41). Durante 2 años, se estudiaron los fracasos reproductivos en vacas preñadas vacunadas con más de tres inseminaciones artificiales dentro de los primeros 150 días de producción de leche (subfertilidad) (42). Se observó una reducción en el número de vacas con fallas reproductivas después de la vacunación. Además, la pérdida fetal precoz también disminuyó, sin embargo, la tasa de concepción en la primera inseminación artificial no mejoró. Otros autores sugirieron que técnicas alternativas, como los métodos cutáneos, podrían utilizarse como estrategia de vacunación (50). Este método tiene como objetivo evitar revacunaciones innecesarias mediante la evaluación de la respuesta inmune celular a través de la inoculación intradérmica de la vacuna diluida. Un año después de la vacunación, se encontró que el 80% de las vacas tenían un nivel de inmunidad significativo y los autores concluyeron que un refuerzo anual no estaba justificado para todos los animales.

El efecto de la vacuna para controlar la excreción de bacterias se investigó en siete estudios con pequeños rumiantes. Los estudios en ovejas pusieron de relieve las limitaciones de la vacunación para controlar un brote de Cb en cuatro rebaños (37). Describieron el fracaso en la prevención de la muda vaginal durante la siguiente temporada de partos y destacaron la importancia de monitorear la persistencia de los anticuerpos. En 2011, durante el primer año de vacunación, no hubo una reducción significativa en el número de excreciones vaginales (24). Del mismo modo, se describieron los efectos de un programa de vacunación de 4 años realizado en rebaños de ovejas muy infectados (30). Se observó una reducción de la excreción bacteriana después de los 2Nd año en muestras vaginales y de leche. Al igual que en el ganado bovino, las muestras ambientales, como los aerosoles, se mantuvieron positivas a lo largo de los 4 años del estudio. En Bélgica, la vacunación obligatoria en las explotaciones caprinas se utilizó como medida de control de la fiebre Q en 124 rebaños durante más de 4 años. La vacunación contribuyó a la reducción de la excreción de Cb en las muestras de leche de los tanques a granel. Sin embargo, este efecto no duró más de 2 años después de la vacunación (33).

En cabras, se estudió el número de nacimientos y la eficacia de la vacuna, demostrando que las cabras jóvenes eliminan niveles más altos de la bacteria a través de la vía vaginal. Sin embargo, las hembras primíparas tuvieron una mejor respuesta inmune a la vacuna que las multíparas (34). Los autores concluyeron que, en términos de la edad de la cabra, la vacunación debe realizarse en cabras de un año debido a que la reducción en la excreción vaginal de Cb después de la vacunación fue mayor. Además, aunque la vacuna no previno la infección bajo alta presión de infección, los cabritos o las cabras primíparas pueden protegerse de los síntomas clínicos a través de la vacunación (35). Por último, en los Países Bajos, se estudió el efecto de la vacunación sobre la excreción bacteriana en 13 rebaños de ovejas y cabras y se informó de una reducción de la carga bacteriana en el líquido uterino, el moco vaginal y la leche, que fue más pronunciada en cabras primíparas (38).

3.5 Vacunación y antibioticoterapia

Las terapias reportadas hace más de 70 años describieron el uso de la infusión de ubre y la inyección intravenosa de aureomicina como un tratamiento potencial en vacas infectadas naturalmente, sin embargo, no se encontró éxito para reducir la excreción en la leche (47). Al igual que en los estudios con ganado vacuno, solo un estudio en un rebaño de ovejas infectado naturalmente con Cb utilizó antibióticos como única medida de control. Los resultados mostraron que el tratamiento con oxitetraciclina no logró reducir la probabilidad o la duración de la diseminación bacteriana a través de la leche, la vía vaginal o las heces (25).

Tres estudios de ovinos y dos bovinos investigaron los efectos de una combinación de antibióticos y vacunación en la reducción de la excreción de Cb. El primero estudió 22 rebaños de ganado lechero infectados naturalmente que fueron tratados con tetraciclinas y vacunados. Mostraron una mayor reducción en el desprendimiento vaginal en comparación con los efectos de ambas medidas por separado (48). Dos años más tarde, los mismos autores concluyeron que la vacunación de alrededor del 80% del rebaño redujo significativamente la excreción de leche con Cb, mientras que la terapia con antibióticos fue ineficaz para reducir la excreción bacteriana (49). Un estudio de 3 años después de un brote de fiebre Q en un rebaño de ovejas lecheras utilizó una combinación de antibióticos seguida de vacunación como medidas de control. El uso de antibióticos para controlar los síntomas de forma temprana no mostró un efecto significativo. En cambio, el número de excreciones y la carga de excreción bacteriana vaginal, fecal y leche disminuyeron durante las temporadas de partos después de la vacunación. No se observaron diferencias significativas en la reducción de la excreción de Cb entre el grupo vacunado y el grupo control. Sin embargo, el porcentaje de excreción disminuyó a niveles mínimos después de dos años más de vacunación repetida (26).

Una combinación de antibióticos y vacunas en ovejas reportó una reducción en los abortos y en la diseminación de Cb, específicamente por vía vaginal (29). Por otro lado, autores como Berri (28) no encontraron ningún efecto a corto plazo de esa combinación. No se observaron abortos durante la siguiente temporada de partos ni una reducción inmediata en la excreción bacteriana (28). Un estudio de cabras describió un brote de fiebre Q controlado mediante vacunación y terapia antibiótica con la implementación de medidas de bioseguridad y manejo. Estos consistieron en el manejo de la placenta y el estiércol, las medidas de higiene, la pasteurización de la leche, el control del acceso de los visitantes y el aislamiento del rebaño. Se logró una falta de Cb viable 2 meses después del último parto y no se detectaron nuevos casos humanos (31).

3.6 Bioseguridad e higiene

En 2020, un estudio evaluó la progresión de la infección durante cuatro temporadas de parto en cuatro rebaños de ovejas con infección crónica. Se observó una reducción en el número de excrementos de animales en vagina, heces y leche. Las medidas de control implementadas consistieron en medidas de bioseguridad e higiene entre los lotes, como la frecuencia de eliminación del estiércol, el manejo de las placentas, el uso de ropa protectora desinfectada por parte de los trabajadores agrícolas y la restricción del acceso de visitantes. Los autores demostraron la importancia de restringir el movimiento de los animales y destruir la placenta. A pesar de estos resultados, la persistencia de Cb en polvo al final del estudio evidenció el riesgo de infección durante largos periodos (27).

Se estudiaron otras medidas de control de bioseguridad en 17 hatos caprinos (32). Los autores describieron una menor contaminación ambiental con el efecto protector del entierro de cadáveres combinado con la retención temporal o cuarentena y la restricción de los movimientos de los animales, y específicamente de las hembras preñadas (32). Un estudio describió una combinación de vacunación y medidas de higiene, como limpieza y desinfección, en un rebaño de ovejas crónicamente infectado con resultados positivos en <2 años, destacando el valor de estas medidas de bioseguridad. Los resultados positivos pusieron de relieve la aplicación como medida de control a corto plazo. Los autores destacaron la importancia del estiércol como fuente de contaminación ambiental con una persistencia de la infección de 3 años (23). Finalmente, se describieron los efectos positivos de un programa de control de 2 años que combina la vacunación caprina con medidas de bioseguridad e higiene (ausencia de visitas, desinfección y eliminación segura de placentas y estiércol, y mantenimiento de las hembras en su última etapa de gestación en el interior). La muda vaginal se redujo significativamente y las tasas de reproducción mejoraron rápidamente (36).

4 Discusión
4.1 Medidas de control contra Coxiella burnetii en bovinos

Hasta donde sabemos, ninguna revisión sistemática o exploratoria ha estudiado los efectos de la vacunación en los rebaños bovinos infectados naturalmente por Cb. Un total de nueve artículos estudiaron la vacuna Cb en rebaños bovinos infectados naturalmente como única medida de control, cinco de los cuales demostraron una reducción progresiva en la excreción de Cb después de la vacunación en diferentes vías como leche (40, 44), calostro o placenta (45) y fluidos vaginales en vacas vacunadas a largo plazo (46). Un artículo describía un fracaso en la reducción de la excreción de Cb en la leche. Desafortunadamente, no hubo un grupo de control para comparar el nivel de excreción en vacas vacunadas con las no vacunadas (39).

Los principales objetivos de las vacunas contra la fiebre Q deben ser generar una inmunidad protectora óptima para prevenir las reinfecciones y la diseminación de Cb. Solo un estudio en 2009 describió la optimización de la vacuna contra la fiebre Q en vacas. Se sugirió que se evaluara el nivel de inmunidad antes de la revacunación (50). Tres estudios mostraron la importancia de la vacunación en el ciclo reproductivo del ganado y demostraron que el estado de gestación puede tener un impacto en la eficacia de la vacuna. Este efecto se ha estudiado más en vacas que en pequeños rumiantes, y más en ovejas que en cabras. La vacunación de las vacas preñadas mostró un impacto reproductivo positivo, ya que disminuyeron los parámetros de subfertilidad y pérdida fetal precoz (42). La ausencia de embarazo o la etapa del embarazo se han descrito como un factor en la eficacia de la vacuna. En 2008, una investigación demostró que el uso de vacunas en vacas no preñadas condujo a una menor probabilidad de convertirse en excrementas (43), y otro estudio no encontró ninguna reducción en la excreción en vacas preñadas avanzadas vacunadas (41).

Los primeros resultados sobre el uso de antibióticos para controlar el excremento de Cb de la leche no mostraron efectos de control (47). La terapia antibiótica y la vacuna son las principales medidas de control utilizadas en los rebaños infectados por rumiantes domésticos. Esta combinación mostró mejores resultados en el control de la excreción de Cb en rebaños de ganado lechero infectados naturalmente (48). El porcentaje necesario de animales vacunados en los rebaños para controlar la Cb fue descrito por los mismos autores últimos. Si el porcentaje de vacas vacunadas en el rebaño era bajo o solo se implementaba la terapia antibiótica, no había reducción en la excreción de Cb. Estos resultados pusieron de manifiesto la importancia de la vacunación total del rebaño y la necesidad de reducir el uso de antibióticos (49).

4.2 Medidas de control frente a Coxiella burnetii en pequeños rumiantes

En relación con los pequeños rumiantes, una revisión sistemática y un metaanálisis sobre vacunas inactivadas contra la fiebre Q analizaron siete estudios diferentes publicados entre 1937 y febrero de 2012 (14). Cuatro de ellos también se incluyeron en nuestra revisión exploratoria. Aunque los autores destacaron los limitados datos disponibles, demostraron que la vacuna redujo significativamente el riesgo de excreción a través de la leche y las vías uterinas en cabras previamente infectadas, que también se encontró en la leche, las heces y las secreciones vaginales y placentarias de cabras de un año. Sin embargo, no se encontró ningún efecto de la vacunación sobre la excreción de bacterias en ovejas. Llama la atención el número de publicaciones seleccionadas en España (Figura 2), a pesar de no haber experimentado problemas de salud significativos relacionados con la fiebre Q, como ocurre, por ejemplo, en los Países Bajos. Este efecto puede estar más relacionado con la actividad de un grupo de investigadores interesados en la fiebre Q, que con el censo de pequeños rumiantes o la aparición de brotes. Los 28 estudios seleccionados incluyeron en su introducción, discusión, o ambas, la importancia de la fiebre Q para la salud pública (43, 44). Otros (31, 36) describen infecciones confirmadas por fiebre Q en humanos o sugieren (27) el uso de sus resultados para prevenir el riesgo zoonótico. Por último, seis estudios indican que la investigación de enfermedades en animales está motivada por brotes en humanos (23, 29, 32, 33, 38, 48). Seis estudios de ovinos y caprinos utilizaron la vacunación como única medida de control para la fiebre Q. De estos, cuatro estudios describieron la falta de control de la excreción de Cb en ovejas como una medida de control de vacunación a corto plazo (30, 33) y ningún efecto de control positivo sobre la excreción de Cb (26, 28). Los autores señalaron la importancia de la vacunación a largo plazo y la falta de efectos positivos del uso de antibióticos para controlar los signos clínicos en animales. Sin embargo, otros estudios han indicado un efecto positivo del control de la Cb con una combinación de vacunación y terapia antibiótica (29). El uso de antibióticos como única medida de control no logró reducir la excreción de Cb (25). Hoy en día, es esencial reducir el uso de antibióticos debido a la situación emergente de resistencia a los antibióticos, y se han sugerido muchas estrategias antimicrobianas alternativas.

En los rebaños de pequeños rumiantes, la importancia de la vacunación a largo plazo es más evidente que en el ganado bovino. Un programa de vacunación a largo plazo en rebaños de ovejas dio como resultado una reducción de la excreción bacteriana. Este estudio enfatizó la persistencia de Cb en muestras ambientales, similar a los estudios de ganado (30, 46). Los autores sugirieron la necesidad de programas de vacunación a largo plazo y propusieron la vacunación como medida preventiva en lotes no infectados o recientemente infectados. Del mismo modo, la vacunación no duró más de 2 años en la reducción de la excreción de Cb de la leche en cabras (33). La importancia de los programas de vacunación a largo plazo concuerda con los hallazgos de Astobiza et al. en rebaños de ovejas (30). En cuanto a la edad y el número de partos en cabras, los resultados han demostrado la importancia de la primera vacunación de los potros de un año (35). Las cabras primíparas también son objetivos esenciales porque son las que más mudan (47) y tienen una mejor respuesta inmunitaria a la vacunación (24). Estos resultados concuerdan con los hallazgos de O’Neill et al. sobre la efectividad de la vacuna en función de la edad en cabras (14). Por esa razón, la recomendación del fabricante de la vacuna de que las hembras reciban dosis de refuerzo se recomienda a los 280 días en vacas y a 1 año en cabras, y a menos de 4 meses en el caso de las ovejas después de completar la primovacunación.

Otro factor importante en el control de la fiebre Q es la implementación de medidas de bioseguridad y manejo. Solo pequeños estudios en rumiantes se han centrado en las medidas de bioseguridad y manejo para controlar la infección por fiebre Q. Dos pequeños estudios en rumiantes investigaron la combinación de la vacunación con medidas de bioseguridad y control de higiene. Llegaron a la conclusión de que esta combinación podría ser una opción de control a corto plazo en los rebaños de ovejas en términos de control de la contaminación ambiental (23). La combinación de vacunación, antibióticos, bioseguridad y medidas de higiene en una granja caprina fue eficaz para controlar un brote de fiebre Q caprina (31). Resultados similares se obtuvieron en la infección aguda en cabras utilizando la vacuna y las medidas de bioseguridad. Los resultados mostraron que después de un programa de control de 2 años, la infección fue controlada (36). Se estudiaron cuatro rebaños de ovejas con infección crónica durante cuatro temporadas de partos. A pesar de los efectos positivos del control de la excreción bacteriana, la persistencia de Cb en el polvo evidenció el riesgo de infección durante 5 años (27). Por esta razón, se debe considerar la posibilidad de reinfecciones periódicas (31). Mediante el control de la contaminación ambiental a través de medidas de bioseguridad, los autores describieron el éxito en la reducción de Cb en los rebaños de cabras donde se implementaron medidas de sacrificio y entierro e higiene de las hembras. Sin embargo, no recomendaron el sacrificio de cabras como la única estrategia de control para lograr el control de la infección debido a la gravedad de la contaminación ambiental por Cb (32), en contraste con los efectos positivos del sacrificio de vacas lecheras destacados (46).

4.3 Lagunas de conocimiento

En esta revisión exploratoria se identificaron algunas lagunas de información que revelan deficiencias importantes que, en nuestra opinión, deben corregirse para promover estudios estandarizados sobre la fiebre Q. Existe una falta de conocimiento sobre la situación de la fiebre Q en países fuera de Europa y los diseños de estudios estandarizados beneficiarían a estas regiones. Se necesitan estudios correctamente estandarizados en cuanto a la duración del estudio y la población involucrada. Se detectó una falta de consenso para describir el conocimiento sobre el número de vacunas necesarias para la protección del rebaño, o incluso los métodos disponibles para asegurar una buena respuesta vacunal. Debido a la excreción intermitente de la bacteria, los estudios a largo plazo proporcionan una mejor imagen de la dinámica de la infección (5).

También se observó una falta de descripciones detalladas tanto de las poblaciones estudiadas como de los sistemas de producción animal utilizados. Los rumiantes lecheros son el principal reservorio de la fiebre Q para los humanos, tal vez debido a los sistemas intensivos que implican un mayor riesgo de transmisión (51, 52). A pesar de ello, solo un artículo estudió las infecciones entre una raza caprina de carne, destacando la falta de información sobre el control de la fiebre Q en estas razas. En el 25% de los estudios citados no hubo grupo control. Un estudio incluido señaló que, en condiciones naturales de infección, sería irresponsable mantener animales infectados con Cb sin protección debido a los riesgos zoonóticos (37). Los estudios incluidos se centran en rumiantes infectados de forma natural, no en casos humanos. A pesar de no estudiar específicamente huéspedes humanos, el riesgo zoonótico es una preocupación primordial en todos los artículos seleccionados. Además, la mejor manera de obtener un diagnóstico correcto es combinando diferentes métodos. Sin embargo, en cuatro estudios con ganado, el diagnóstico solo se basó en métodos serológicos. Esto podría haber llevado a subestimar la excreción de Cb, mientras que el ensayo de PCR es un indicador más sensible del riesgo de infección y transmisión (32). Además, los estudios basados únicamente en PCR podrían tener una menor especificidad, ya que después de la vacunación, las cabras pueden eliminar ADN pero no Cb viable en su leche (53). A pesar de las limitaciones anteriores, los estudios observacionales que analizamos ofrecen información útil sobre las parvadas de rumiantes domésticos infectadas naturalmente por Cb. Este conocimiento es fundamental principalmente debido a las limitaciones económicas y técnicas de las infecciones experimentales por Cb, la enfermedad altamente contagiosa y el riesgo para la salud pública.

5 Conclusión

Esta revisión exploratoria destaca la información disponible sobre el control de la fiebre Q en rebaños de rumiantes domésticos. La vacunación, la antibioticoterapia y la implementación de medidas higiénico-sanitarias en las granjas fueron las medidas de control más estudiadas. Hubo pocos estudios que informaran una combinación de las tres medidas de control y, en general, no se implementaron todas las posibles medidas de bioseguridad disponibles para los rebaños. Los estudios incluidos en nuestra revisión demostraron la importancia de combinar la vacunación con medidas de manejo y bioseguridad en las granjas para reducir la infección por Cb, así como los riesgos para los seres humanos, con programas a largo plazo debido a la persistencia de la contaminación ambiental por Cb. Por último, es necesario mejorar la estandarización de los estudios sobre la fiebre Q infectada de forma natural en rumiantes domésticos.

Declaración de disponibilidad de datos

Los conjuntos de datos presentados en este estudio se pueden encontrar en repositorios en línea. Los nombres de los repositorios y los números de acceso se pueden encontrar en el artículo/Material complementario.

Contribuciones de los autores

RT-P: Conceptualización, Curación de datos, Análisis formal, Investigación, Metodología, Validación, Redacción – borrador original, Redacción – revisión y edición, Visualización. AC: Conceptualización, Curación de datos, Análisis formal, Investigación, Metodología, Supervisión, Validación, Redacción – borrador original, Redacción – revisión y edición, Obtención de fondos, Administración de proyectos, Visualización. JG: Conceptualización, Escritura – revisión y edición, Investigación, Metodología, Visualización. JQ: Conceptualización, Escritura – revisión y edición, Investigación, Metodología, Visualización. AG-G: Investigación, Metodología, Visualización, Escritura – Revisión y Edición. AS: Conceptualización, Redacción – revisión y edición, Investigación, Metodología, Visualización. ÁG-M: Conceptualización, Curación de datos, Análisis formal, Obtención de fondos, Investigación, Metodología, Administración de proyectos, Recursos, Supervisión, Validación, Visualización, Redacción – borrador original, Redacción – revisión y edición.

Financiación

El/los autor/es declara(n) haber recibido apoyo financiero para la investigación, autoría y/o publicación de este artículo. Este estudio ha contado con el apoyo del proyecto PID2020-119462RAI00/AEI/10.13039/501100011033 del Ministerio de Ciencia e Innovación, la ayuda UCH-CEU a Grupos de Investigación Reconocidos (GIR23/27) y la Consolidación de Indicadores de Investigación (INDI23/27).

Reconocimientos

El servicio de préstamo interbibliotecario de la Universidad de Murcia obtuvo los artículos no disponibles en la Web of Science. ÁG-M y JQ están respaldados por los contratos «Ramón y Cajal» del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades (RYC2021-032245-I y RYC-2018-024985-I). Un contrato de Desarrollo e Innovación (I+D+i) (UCH-CEU, UMU y CEVA Santé Animale, PI: ÁG-M) titulado: «Estudio epidemiológico de la fiebre Q en pequeños rumiantes y su influencia en la microbiota reproductora» apoyó el primer mes de RT-P, que desde octubre de 2022 cuenta con el apoyo de un contrato público predoctoral de la Generalitat Valenciana (CIACIF/2021/245).

Conflicto de intereses

Los autores declaran que la investigación se llevó a cabo en ausencia de relaciones comerciales o financieras que pudieran interpretarse como un posible conflicto de intereses.

Nota del editor

Todas las afirmaciones expresadas en este artículo son únicamente las de los autores y no representan necesariamente las de sus organizaciones afiliadas, ni las del editor, los editores y los revisores. Cualquier producto que pueda ser evaluado en este artículo, o afirmación que pueda ser hecha por su fabricante, no está garantizado ni respaldado por el editor.

Material complementario

El material complementario para este artículo se puede encontrar en línea en: https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fvets.2024.1321553/full#supplementary-material

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Palabras clave: medidas de control, fiebre Q, rumiantes domésticos, revisión exploratoria, one health

Cita: Toledo-Perona R, Contreras A, Gomis J, Quereda JJ, García-Galán A, Sánchez A y Gómez-Martín (2024) Control de Coxiella burnetii en ovejas, cabras y vacas infectadas de forma natural, e implicaciones para la salud pública: una revisión exploratoria. Frente. Vet. Sci. 11:1321553. doi: 10.3389/fvets.2024.1321553

Recibido: 14 de octubre de 2023; Aceptado: 29 de enero de 2024;
Publicado: 15 febrero 2024.

Editado por:

Ellie Jordan Putz, Servicio de Investigación Agrícola (USDA), Estados Unidos

Revisado por:

Mahmoud Kandeel, Universidad Rey Faisal, Arabia
Saudita Madhur Sachan, Hospital Brigham and Women’s y Facultad de Medicina de Harvard, Estados
Unidos Helen Roberts, Alimentación y Asuntos Rurales, Reino Unido

Copyright © 2024 Toledo-Perona, Contreras, Gomis, Quereda, García-Galán, Sánchez y Gómez-Martín. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la Licencia Creative Commons Attribution License (CC BY).

*Correspondencia: Antonio Contreras, acontrer@um.es

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