El COVID-19 puede afectar a cualquier parte del organismo

Esta imagen muestra las neuronas y sus conexiones entre sí en rojo y amarillo, y el ADN de la célula en azul. Estas neuronas se usaron para estudiar el impacto de la infección por toxoplasma en las células. – WALTER AND ELIZA HALL INSTITUTE, AUSTRALIA

El doctor Francisco Villarejo, jefe de Servicio de Neurocirugía del Hospital La Luz de Madrid, ha resaltado que el virus del COVID-19 puede afectar a cualquier parte del cuerpo humano. Así, resalta que se han descrito lesiones en la piel, en el aparato digestivo, el sistema vascular y también en el sistema nervioso.

Recientemente la Sociedad Española de Neurología (SEN) ha publicado un manual donde se recogen una serie de recomendaciones para ayudar a los profesionales de la salud a identificar los síntomas y las manifestaciones neurológicas en pacientes con coronavirus. Para ello, ha puesto en marcha un registro de posibles enfermedades con más de 150 casos de pacientes que sirven para estudiar estas manifestaciones neurológicas.

En la actualidad se conocen siete tipos de coronavirus que pueden afectar al ser humano, y, alguno de ellos, tienen cierto tropismo por el sistema nervioso central. Según este experto, aunque fue en diciembre pasado cuando empezó a hablarse del coronavirus, su extensión ha sido tan rápida que en abril del presente año ya se habían publicado más de 4.000 artículos científicos sobre el tema, aunque solamente 15 hablaban de las complicaciones neurológicas que podían ocurrir.

Cada vez se conocen más detalles sobre el virus. Se sabe que el periodo de incubación es de 5 días de término medio (máximo de 14 días), que la mortalidad actual es del 8 por ciento y que los síntomas fundamentales son fiebre, tos y dificultad respiratoria. Posteriormente se ha comprobado que puede originar pérdida de apetito, 88 por ciento de los casos según un estudio realizado en 12 hospitales de Europa, dolor de garganta, afonía, escalofríos, congestión nasal, náuseas, vómitos, diarrea, entre otros.

«A nivel del sistema nervioso central puede producir cefaleas, mareos, mialgias, anosmia (pérdida del olfato), encefalopatías necrotizantes hemorrágicas, ictus, epilepsia y se han descrito casos de Síndrome de Gillain-Barré, trastorno en el cual el sistema inmunitario del cuerpo ataca los nervios cuyos síntomas suelen ser debilidad y hormigueo en las extremidades», subraya el doctor Villarejo.

En animales de laboratorio se ha comprobado que la viremia se puede diseminar desde el bulbo olfatorio hasta el cerebro, tronco-cerebral y médula espinal con una propagación de neurona a neurona. En un estudio realizado en Wuhan sobre 214 pacientes ingresados con coronavirus, un porcentaje alto presentaron cefaleas, mareos y fatiga.

«El 36,4 por ciento presentó algún tipo de complicación neurológica en el sistema nervioso central (cerebro, tronco del encéfalo y médula espinal), el 24,8 por ciento, en el sistema nervioso periférico y cerca del 11 por ciento a nivel musculoesquelético», afirma Francisco Villarejo.

En los casos de encefalopatía o disfunción cerebral transitoria, se diagnosticó alteración del nivel de conciencia en un 15 por ciento de los casos, deterioro cognitivo y edema cerebral en la mayoría de ellos. También se diagnosticó epilepsia en algunos casos con crisis epilépticas que eran generalizadas. Es decir, no se encontró un foco localizado, sino que eran alteraciones corticales difusas.

Este experto reconoce que las complicaciones cerebro vasculares se producen por alteración de la pared interna de las arterias, produciendo trombosis y que, dependiendo de la arteria ocluida, produciría diferentes síntomas. Desde una pérdida de fuerza en un miembro superior o inferior o en ambos hasta la pérdida de agudeza visual o dificultad para hablar o entender. A ello se uniría si existen factores de riesgo peor pronóstico. Estos factores serían principalmente la hipertensión, la obesidad y la diabetes.

«En resumen, diríamos que las complicaciones neurológicas existen y que el empleo de anticoagulantes y corticoides sistémicos, son los tratamientos recomendables para ello», concluye Villarejo.