Opiniones a la entrevista a Yasmina Domínguez, presidenta del Col. de Vet. de Almería

• Declaraciones al respecto de Pilar Pérez Míñano y José Fernández (FESVET)
• Puedes escuchar la entrevista completa en este enlace: https://bit.ly/3x1fcUS

Opinión de Pilar Pérez Miñano

Me parece muy razonable la preocupación de la presidenta de Almería.  La pregunta es ¿porque se acepta que el Ministerio de Agricultura de ordenes sobre un manejo que se debe consensuar con los veterinarios Clínicos?; se hacen protocolos sin los clínicos a los que NO CONSIDERAN SANITARIOS Y QUE NO SE HAN INCLUIDO DE PRIMERAS EN VIGILANCIA DE SALUD PUBLICA. ¿Hasta cuándo no vamos a hacer prevalecer nuestros derechos por ser tan buenos que parecemos los tontos que solucionamos todo a cambio de nada? Y lo peor de todo es que muchos animales no se inscribirán y si pasa algo culparán a los veterinarios clínicos porque ellos con HACER UN PROTOCOLO ya nos dejaron el problema a nosotros. Creo que esto no se debería aceptar/fomentar sin una previa reunión con los veterinarios clínicos y con la obligación del estado de asumir TODOS LOS GASTOS, ASI COMO DARNOS LA POSICIÓN DE SANITARIOS QUE VELAMOS POR LA SALUD PUBLICA. Basta ya de que nos tomen por tontos, sólo porque amamos a los animales y nos preocupa la salud de la población. Y con ello no quiero decir que no me preocupe y me de mucha pena como vienen esos animales y que ayudemos, pero siempre apelan a realizarlo de manera voluntaria para que nuestro trabajo lo hagamos gratis y si no quieren pagar nuestro tiempo, nuestras instalaciones…, pues que «usen» a los veterinarios funcionarios. Nunca nos tienen en cuenta, pero para usarnos y luego desecharnos, si valemos, y eso debe acabar. Recuerdo por el Covid cuando necesitaron de los hospitales o clínicas privadas, pagaron por todo y eso que ellos si tienen un IVA DEL «0%» y si se les considera sanitarios.

El estado debe sufragar TODOS LOS GASTOS por los animales que entran a ESPAÑA para que estén en las mejores condiciones posibles como sus dueños. Dispone de recursos para soportar el pago de esos gastos, de los millones que ya ha dado a Sergio Torres para su Dirección de Derechos de los animales. Ni los COLEGIOS, ni los clínicos debemos cargar con esos gastos.

Para los que querían huelga, empezar por NO ACEPTAR ser » voluntario gratuito», que dispongan de nuestro tiempo, nuestros conocimientos, nuestras instalaciones…, conseguir todo eso nos ha costado mucho esfuerzo y sacrificio. Basta ya de que nos sigan utilizando y ninguneando. Si quieren nuestra ayuda encantados de darla, pero primero que el Gobierno nos dé la posición que nos corresponde.

Opinión de José Fernández (FESVET)

Todos lo españoles tenemos derecho de la protección a la salud tal y como recoge la Constitución Española y es un deber de las Administraciones velar por la salud pública comunitaria. Eso es un derecho que tenemos todos, es decir, es la Administración la que tiene que poner los medios para que no se genere un riesgo para la salud pública, y más del grado de peligrosidad que tiene la rabia. Para ello la Administración tiene varias vías. Una de ellas es utilizar a los propios facultativos veterinarios oficiales de la Administración, que para eso los tiene, y dotarlos de medios para que localicen a los perros provenientes de Ucrania, los cuarentenen y los vigilen, y a su vez les hagan pruebas serológicas o directamente los vacunen contra la rabia, todo ello con las adecuadas garantías de seguridad laboral. Otra manera que tiene la Administración, si no tiene veterinarios oficiales suficientes, es contratarlos al efecto. Por ejemplo, los veterinarios laborales, que tienen un contrato por obra y servicio, y que se contratan para que hagan ese trabajo y se les paga como lo que son, como facultativos veterinarios. Esto es algo que se hizo por ejemplo con personal de medicina y enfermería durante Covid-19. Se les contrató porque hacían falta para un servicio y se les pagó con la retribución adecuada a su categoría. La tercera opción que tiene la Administración es encargarlo a los clínicos privados, pero pagándoles; y además los clínicos privados tienen que tener la opción de voluntariedad. Esto es lo que ocurrió con los médicos o el personal de enfermería durante la Covid-19, cuando hacían mucha falta para vacunar o atender enfermos, se pidieron voluntarios de enfermería y médicos, incluso médicos jubilados, pero la voluntariedad no implicaba gratuidad, es decir, tú eres voluntario porque nadie te obliga, pero si vas se te pagan unas horas de trabajo conforme a tu titulación. Había casos en que algunos profesionales haciendo horas extraordinarias duplicaban o triplicaban sus ingresos habituales vacunando o atendiendo a la población. Incluso se buscaron vías burocráticas para que los médicos jubilados pudieran cobrar gratificaciones extraordinarias por haber sido voluntarios el periodo de pandemia. Y sin embargo, tomemos nota, nadie puso en duda su SOLIDARIDAD, incluso se les ha concedido la Gran Cruz de Sanidad por sus servicios.

Por lo tanto, los veterinarios, que son facultativos sanitarios están en la misma situación, ya sean facultativos de la clínica veterinaria, ya sean contratados por obra y servicio o personal de la Administración, han de tener el mismo respeto y consideración. A aquellos clínicos que sean voluntarios se les debe pagar como corresponde en el caso de un facultativo además de agradecerles su solidaridad por su voluntariedad y buen hacer. A los facultativos veterinarios oficiales de la Administración se les debe pagar su sueldo y, si tienen que hacer horas extraordinarias o guardias, pagárselo exactamente igual que se les pagó a otros facultativos durante la Covid-19.

Lo que estamos haciendo aquí los veterinarios roza el ridículo frente a una Administración que cree que la vocación de los veterinarios implica voluntariedad y gratuidad. Parece que sólo en el caso de los veterinarios se confunde solidaridad con gratuidad, en el resto de facultativos parece que está claro que no es lo mismo.

La Administración tiene la obligación de proteger la salud pública de los españoles. La medicina veterinaria es una profesión muy vocacional pero liberal en su ámbito privado, que necesita trabajar para comer y cobrar por hacerlo, y además en las mismas condiciones que otros facultativos. No me parece para nada que sea cruel trabajar para vivir y cobrar por ello, y además exigir que el sanitario veterinario no sufra una discriminación de trato tan evidente. Parece que unos defienden la salud pública con derecho a justas retribuciones y además se les agradece y reconoce, como por otra parte es normal, y otros tienen que poner de sus propios recursos para hacerlo, perdiendo dinero y asumiendo graves riesgos laborales, y además se les acusa de insolidarios si no lo hacen.

Nuestro derecho a la protección de la salud o nuestra vocación, o nuestra voluntariedad, no se tiene que confundir nunca con gratuidad.