Opinión de Rafael Luna Murillo: Un dispendio para todos

Estamos de enhorabuena los veterinarios colegiados andaluces, el Consejo Andaluz de Colegios Veterinarios, órgano creado bajo la norma de administración autonómica, cumple 25 años.

¿Qué pasaba antes de la creación de las autonomías en cuanto a la administración colegial?. Pues éramos tantos colegios como provincias del Estado español (50) y, además, un Consejo General que trataba de organizar a todo ellos en un anillo único de poder. Los colegios funcionaban como reinos de Taifas y cada uno tenía una cuota colegial diferente para sus colegiados, más luego la que se ponía para el sostenimiento de la Central madrileña. Estas cuotas daban para sostener los colegios, pequeños pero decentes, alquileres, mantenimiento, personal administrativo y lo que contemplaban los Estatutos de la OCV en cuanto a los seguros de RC y a algunos le tocó la china del Seguro de Vida suscrito por el Colegio.  Pero, como en los comics de Asterix el galo había zonas irreductibles que no pasaban la correspondiente cuota al Consejo General por lo que el resto mantenía a los deudores. Además, muchos veterinarios funcionarios ni tan siquiera estaban colegiados, es decir, no pagaban ni una sola peseta para el sostenimiento de las instituciones colegiales y el Consejo General pero si se beneficiaban de los cursos que organizaban y otras chucherías gastronómico festivas.

Pero llegaron las autonomías y las administraciones públicas y privadas, como los colegios profesionales, se vieron en la obligación de crear Consejos autonómicos. Las autonomías uniprovinciales lo tuvieron claro, no hacer más gasto pero en las otras se tuvo que hacer una nueva inversión lo que aumentó el gasto y subieron las cuotas. Somos 17 CC.AA. y dos ciudades autónomas que tuvieron que proveerse de Estatutos, personal, edificios, mantenimiento, etc.

En Andalucía hay cerca de 5.000 colegiados, correspondiendo al de Córdoba unos 900 aproximadamente.

Los gastos del Colegio de Córdoba en 2021 han llegado casi a un millón de euros. En ingresos más de medio millón de euros se debe a la compra de materiales como microchips que la realizan en su totalidad veterinarios en ejercicio libre. Más de un cuarto de millón de euros se debe a los ingresos propios de la entidad. Aun así las cuentas del Gran Capitán arrojan un superávit de casi 23.000 euros. Algunos gastos han sido la reforma de los estatutos colegiales, las instrucciones por apertura de expedientes disciplinarios o el uso de recursos del ICOV para un estudio del grupo de investigación del presidente del Colegio que es catedrático de la Facultad de Veterinaria. Pero esto no aparece así en el portal de transparencia inexistente del ICOV.

En el Consejo andaluz de Colegios Veterinarios, en la magnífica memoria de 2020, se dice que hay 28 personas en plantilla y que el gasto en personal es de 687.489 euros. El resto de gastos nos los tenemos que adivinar porque no aparecen en la memoria. Los ingresos por cuotas colegiales de todos los veterinarios andaluces son una pírrica cantidad de 32.882 euros. También llama la atención que en el apartado quejas y reclamaciones , y en el apartado procedimientos informativos y sancionadores están en blanco cuando yo he elevado varias quejas y reclamaciones que no han sido atendidas , como la denuncia que puso el presidente de mi colegio contra mí por mis propuestas electorales .Además, se me han abierto dos expedientes disciplinarios con sendos contenciosos administrativos que el CACV y el ICOV han perdido y han tenido que pagar costas judiciales .Un portal de transparencia de lo más sórdido.

Llegando a este extremo tengo que decir que hoy hemos sido agraciados por primera vez en 25 años con las pólizas de seguros que gestiona en Consejo Andaluz de Colegios Veterinarios. Un seguro de Responsabilidad Civil y otro Seguro de Vida y Accidentes. Ambos colectivos y que salen de las cuentas del CACV aunque no aparezcan en la memoria anual por ningún lado de forma explícita. En de RC profesional y de explotación cubren hasta 700.000 euros por siniestro y anualidad, es decir, el que primero llegue y lo agote se lo lleva. El de Vida y Accidentes es de traca. Si eres mayor de 70 años y te mueres le dan a tu familia 2.000 euros. Si eres menor de 70 años la cosa cambia si te mueres de enfermedad o te quedas invalido parcial o total que le dan a tu familia 3.000 euros a si te mueres por accidente que son 33.000 euros, y si es por accidente de circulación donde te dan el bingo con 66.000 euros de vellón para la familia. Todo esto, como es sabido, tiene un farragoso movimiento documental para poderlo cobrar.

Lo más cachondo del seguro de Vida y Accidentes contratado por los que dirigen el CACV, que lleva 25 años siendo presidido por la misma persona, es que incluye accidentes derivados de la práctica no profesional de cualquier deporte incluida la caza y la participación profesional en capeas y encierros de reses bravas. Justo las aficiones de la mayoría de los colegiados andaluces.

Cuando me pongo a echar cuentas de mis 32 años pagando cuotas colegiales, microchips y todo tipo de material para ejercer lo que es mi trabajo se me queda la cara de tonto cuando yo en mi trabajo soy escrupuloso con los gastos sobre todo de mantenimiento, realizo una economía circular para no tirar absolutamente nada que pueda tener una segunda vida y cuando lo hago es seleccionado y ordenado. Tengo un seguro de la clínica y otro de accidentes que pago por mi cuenta. Reúno todos los requisitos legales y administrativos para ejercer como veterinario en ejercicio libre en un centro veterinario. Mi gasto energético es cada vez menor porque me involucro con el planeta y los que viven en él. Veo que mientras yo me esfuerzo en ajustarme a la industria 4.0 mi colegio profesional sigue en la prehistoria haciendo gastos innecesarios y convocando presencialmente en la sede todo tipo de Asambleas, cursos o comunicaciones.

Dispendios cada vez mayores, multiplicados por 50 más 17 Comunidades autónomas y 2 ciudades autónomas y una gran sede Central que se lleva en gastos lo que no está escrito y nunca sabremos los comunes de los colegiados. No me extraña que no quisieran dar ni un caramelo para a manifestación del 3 abril donde todos los veterinarios han pedido por enésima vez las reivindicaciones históricas.

Rafael A. Luna Murillo, colegiado 140994