Las 5 principales diferencias en el manejo de anestésicos entre perros y gatos

Las 5 principales diferencias en el manejo de anestésicos entre perros y gatos, foto perro quirófano

 

Las 5 principales diferencias en el manejo de anestésicos entre perros y gatos

  • Al planificar y gestionar la anestesia en gatos y perros, hay diferencias más allá del tamaño que deben tenerse en cuenta.
1.- Restricción e instrumentación

La moderación mínima es con frecuencia la más efectiva para lograr la eficiencia, que es clave cuando se trabaja con gatos. Se ha demostrado que los medicamentos orales previos a la visita (por ejemplo, gabapentina y trazodona) administrados en el hogar minimizan la ansiedad y el estrés y aumentan el cumplimiento.1-3 Alfaxalone y dexmedetomidina también pueden ayudar a aliviar la agitación; estos medicamentos generalmente se administran IM después de que se haya evaluado la salud general del gato.

Debido al pequeño tamaño de los gatos, el cateterismo intravenoso puede ser más difícil en gatos que en perros. Aunque la vena cefálica se puede cateterizar tanto en gatos como en perros, la vena safena medial se cateteriza más comúnmente en gatos, y la vena safena lateral se cateteriza más comúnmente en perros. La intubación también puede ser más difícil en los gatos debido al tamaño y la reactividad de las vías respiratorias superiores. Si no se utiliza el cuidado, es posible una mayor incidencia de desgarros traqueales después de la intubación4,5; sin embargo, el uso de lidocaína tópica en los aritenoides y un tubo apropiado sin un estilete rígido puede minimizar en gran medida estos problemas. El inflado diligente del manguito y la desconexión del tubo del circuito respiratorio también son importantes al girar al paciente.

La postanestesia, la ceguera cortical también se ha reportado en gatos (pero no en perros) y asociada con la influencia de las mordazas bucales con resorte en el flujo sanguíneo de la arteria maxilar6,7; por lo tanto, es importante que el uso de estos dispositivos se minimice o evite al anestesiar gatos para la broncoscopia, endoscopia u odo

2.- Equipo anestésico

Un circuito sin respiración (por ejemplo, Bain) se usa comúnmente para anestesiar gatos que pesan <11 libras (5 kg). Estos circuitos deben montarse y utilizarse adecuadamente para minimizar las complicaciones, incluida la presión excesiva en el sistema. Un sistema de no respiración también requiere tasas de flujo más altas por kilogramo para minimizar la reexadura de dióxido de carbono, que puede secar las vías respiratorias y aumentar el enfriamiento del paciente. Aunque no se utiliza de forma rutinaria durante el tratamiento anestésico, hay herramientas que pueden ayudar a aliviar estas preocupaciones al calentar y humedecer el sistema respiratorio. Los sistemas circulares pediátricos se pueden utilizar en gatos, pero las válvulas inspiratorias y espiratorias y el absorbente de dióxido de carbono aumentan el trabajo necesario para respirar en animales que ventilan espontáneamente, lo que posiblemente resulte en fatiga e hipoventilación.

Existen consideraciones similares en relación con los circuitos respiratorios para los perros pequeños. Por lo general, los perros más grandes se pueden mantener en sistemas de respiración circular con mangueras de tamaño adecuado y bolsas para respirar.

3.- Medicamentos y respuesta del paciente

Los gatos difieren en sus necesidades y respuestas a numerosos medicamentos comúnmente utilizados en el período perianetésico. La acepromazina se considera un tranquilizante eficaz en perros, particularmente cuando se usa en combinación con otros medicamentos, pero la tranquilización equivalente asociada a la acepromazina en gatos puede no producirse, a pesar de los signos que sugieren eficacia (por ejemplo, un tercer párpápado elevado). Por el contrario, la dexmedetomidina proporciona una buena sedación tanto en perros como en gatos. La dosis de inducción anestésica necesaria para facilitar la intubación es menor después de la premedicación dexmedetomidina que con acepromazina.8

Se ha informado que los opioides causan un mayor grado de signos de euforia o disforia en gatos que en perros, especialmente con administración intravenosa.9 Los efectos analgésicos y calmantes en los inhalantes en gatos también difieren de los de los perros, y un efecto de techo (es decir, el aumento de la dosis no da lugar a beneficios clínicos adicionales) puede ocurrir a Las elevaciones de la temperatura corporal no suelen notificarse en perros, incluso cuando se observa jadeo después de la administración. La sedación asociada a opioides puede contribuir a la falta de hipertermia en perros.

La lidocaína administrada por vía intravenosa con una infusión en bolo o de tasa constante se ha utilizado cada vez más en perros por sus efectos ahorradores de anestesia y sus posibles beneficios analgésicos. Sin embargo, la lidocaína intravenosa no se recomienda de forma rutinaria en gatos porque la depresión cardiovascular asociada es peor que una dosis equivalente de inhalante, y es posible una toxicidad relacionada con los medicamentos.12 Al comparar los requisitos de isoflurano, la concentración alveolar mínima es más alta en los gatos que en los perros.13

4.- Monitoreo

La monitorización cardiovascular y respiratoria puede ser un desafío en los gatos debido a su tamaño y limitaciones, con equipos de monitoreo no desarrollados específicamente para su uso en gatos. Por ejemplo, muchos monitores de presión arterial oscilamétricos no invasivos solo proporcionan lecturas intermitentes en gatos, y obtener una señal confiable de un cristal Doppler puede ser difícil. Estos obstáculos pueden complicarse aún más con el uso de ciertos medicamentos (por ejemplo, dexmedetomidina) que causan vasoconstricción, bradicardia y disminución del gasto cardíaco. Pueden producirse desafíos similares con el uso de un oxímetro de pulso para controlar la saturación de oxígeno. La amplitud del electrocardiograma también puede dificultar la medición precisa de la frecuencia cardíaca y la evaluación de los cambios de ritmo en gatos en comparación con los perros. Por lo general, los gatos tienen frecuencias cardíacas más altas que los perros, pero su presión arterial durante la anestesia tiende a ser más lábil o sensible al estímulo. Por lo tanto, es importante evaluar los monitores fisiológicos que se utilizarán durante la anestesia en la clínica para garantizar la funcionalidad. Además, el uso de un cristal Doppler de tamaño adecuado o un sitio alternativo (por ejemplo, la cola frente a la extremidad distal) puede ayudar a mejorar el rendimiento. Del mismo modo, para las sondas de oxímetro de pulso, la colocación de una esponja de gasa húmeda sobre la lengua antes de la colocación de la sonda puede ser beneficiosa.

Cuando se utiliza un sistema sin respiración, la capnografía de flujo lateral puede resultar en una subestimación significativa de la tensión del dióxido de carbono de la marea final debido al flujo constante de gas exhalado que diluye oxígeno en el sitio de muestreo. Un capnómetro convencional puede aliviar este problema, pero el peso en el tubo endotraqueal puede causar torceduras o desalojamiento.

La evaluación del dolor en gatos también es más difícil y requiere una observación cercana de comportamientos específicos e interacción con el paciente según sea necesario.14 Hay un número cada vez mayor de escalas de dolor y herramientas de evaluación disponibles.

5.- Soporte

La terapia de líquidos durante la anestesia es fundamental para mantener la presión arterial y la perfusión de órganos vitales durante la anestesia en gatos y perros. Debido a que a los gatos mayores se les diagnostican con frecuencia diferentes etapas de enfermedad renal, el soporte de líquidos es esencial en el período perianetésico.15 Para tener en cuenta las diferencias de volumen sanguíneo (es decir, ≈60-70 ml/kg en gatos frente a ≈80-90 mL/kg en perros), el volumen de líquidos y productos sanguíneos debe Debido a que no existen donantes felinos universales, todos los gatos, incluidos los gatos ingenuos, deben ser mecanografiados y emparejados con los donantes en los casos en que se prevea el uso de productos sanguíneos.

Conclusión

Aunque a menudo se cree que la anestesia en gatos es más difícil que en perros, el conocimiento de los requisitos y respuestas específicos de la especie puede ayudar a mejorar el manejo del paciente durante el período perianetésico.

Clinician’s Brief

 

Date de alta y recibe nuestro 👉🏼 Diario Digital AXÓN INFORMAVET ONE HEALTH

Date de alta y recibe nuestro 👉🏼 Boletín Digital de Foro Agro Ganadero

Noticias animales de compañía

Noticias animales de producción

Trabajos técnicos animales de producción

Trabajos técnicos animales de compañía