Objetivo

Lo primero que debemos pensar es qué queremos conseguir con la campaña de marketing que vamos a implantar, es decir: el objetivo.

Cualquier campaña debe tener ese objetivo detrás, si no, no dejará de ser una acción que llamará más o menos la atención a nuestros clientes pero que no dejará poso y no nos permitirá saber si nuestro esfuerzo y/o inversión ha sido rentable; tampoco nos permitirá saber si es algo que merece la pena repetir periódicamente ni qué acciones de mejora podemos aplicar para conseguir mejores resultados en ediciones posteriores.

Objetivos para campañas de marketing puede haber muchos: rendimiento económico directo (aumento de los ingresos), presentación de servicios nuevos (nueva especialidad), promoción de equipamiento (inversión en un nuevo equipo), potenciación de servicios poco conocidos o valorados por los clientes (mayor rentabilidad de equipos), imagen del personal (personal nuevo), etc. Lo importante es que cuando diseñemos nuestra campaña, tengamos claro este objetivo y sobre todo que de alguna manera sea medi- ble, si no será imposible saber el rendimiento.

Además, el objetivo no tiene por qué ser único. Dentro de una misma campaña podemos establecer diferentes subobjetivos que nos van a permitir ampliar el beneficio de esta; por ejemple, en una campaña quirúrgica, está claro que el primer objetivo será aumentar el número de cirugías diana, pero como subobjetivo podemos marcarnos el aumento en pruebas prequirúrgicas, la presentación del nuevo servicio quirúrgico o el aumento en la venta de productos o servicios indicados después de dicha intervención quirúrgica (dietas especiales, presentación y potenciación del servicio de rehabilitación, etc.)